tag:blogger.com,1999:blog-22155116166781445102024-03-04T20:50:48.927-08:00el club de la náuseaAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.comBlogger27125tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-61359747528806104852017-06-22T11:44:00.000-07:002017-06-22T12:28:22.012-07:00El extraño caso de Juan Carlos Osorio<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR7ui_pIZaZsYQbBc56Vd7jtBfAmF2OevU6v-dGfnaLY6UAZ-zWtjeIAqDR_vXio81EtGrmgY8alVF68SULeBW33Ih0sRKmQSH-zaagUMLHTJYxFkYyiT9gjhbtoDVyZGWnhI3ScCgiU4V/s1600/mexico-vs-nueva-zelanda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="530" data-original-width="924" height="366" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR7ui_pIZaZsYQbBc56Vd7jtBfAmF2OevU6v-dGfnaLY6UAZ-zWtjeIAqDR_vXio81EtGrmgY8alVF68SULeBW33Ih0sRKmQSH-zaagUMLHTJYxFkYyiT9gjhbtoDVyZGWnhI3ScCgiU4V/s640/mexico-vs-nueva-zelanda.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Giovanni Duayhe Zilli</b></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">De
Osorio considero que es un director técnico que le gusta ver al futbol arder.
Su inverosímil propuesta contra Nueva Zelanda lo ha dejado claro: la lógica y
la mesura no entran en consideración a la hora de preparar un partido. No deja,
sin embargo, de ser resultadista, pues los números, fríos, hablan a su favor —obviando
el partido contra Chile el año pasado—. Para un aficionado, ver un partido de
la selección mexicana de Osorio es horrendo, sí, desesperante, mas nunca
aburrido. ¿Por qué este afán de plantearlos así?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Las
razones las ha dicho: su esencia como entrenador de futbol es la rotación de
jugadores y la planeación particular de cada partido, con numerosos elementos
tácticos y extrafutbol a ponderar a través de la estadística. Para el seguidor,
es más bien como si metiera la mano a una tómbola y los primeros 11 papeles
extraídos designaran la alineación, y mediante un volado, el parado del equipo.
La rotación, para él, significa —o le asegura— que todos los elementos a su
disposición están en ritmo de competencia, y con la carga física distribuida en
partes iguales. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Para
el resto de los entrenadores en el mundo, es no tener un cuadro titular que
domina un sistema de juego. Este elemento, el de dominar un sistema, para esa
gran mayoría, es la llave para ganar partidos y salir airoso en una
competencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Cambios
<i>antifutbol</i> es quizá la frase más
exacta que escuché en estos días de debate futbolístico. Por mencionar algunos:
contra Portugal, sacar a Vela y meter a Gio por encima del <i>Chucky</i>, Damm, Aquino o Marquitos, no sacar a Layún; contra Nueva Zelanda,
los 8 cambios en la alineación, el cambio de parado, y principalmente, cambiar
a los mediocampistas. Alinear a Gio como titular…<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En
el mejor de los casos y sin saber cómo acabará la era Osorio, concluyo lo
siguiente: ante un partido en el papel fácil, el DT transfirió enteramente la
responsabilidad de sacar el resultado a su cuadro sustituto, por el simple
placer de ver a este cuadro arreglárselas como Dios les diera a entender. Al
final, en ese sentido, sacó el resultado.</span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Osorio
se me figura eso, como un niño con una lupa y un hormiguero, como el guasón de
Heath Ledger, como Nerón en la antigua Roma: no importa el cómo sino el qué; dinamitar al futbol.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-88425140919817660832017-05-15T20:44:00.000-07:002017-05-16T09:01:20.667-07:00El delegado (Tercera y última entrega)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBW2pZMGTbkM1K1llQCj2pcu9c0xlT8PupxlYDHbH532ITat5c0zJjy_ALaF4Ew7uz14O0hdxkOOsBCOs1OwLZSSELUp_krIieKzHG9pFvOejlzIUBhMGz1H5xec1cFT6R2w2fOpXmhff8/s1600/El+delegado+%2528Tercera+entrega%2529+-+Maximiliano+L%25C3%25B3pez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBW2pZMGTbkM1K1llQCj2pcu9c0xlT8PupxlYDHbH532ITat5c0zJjy_ALaF4Ew7uz14O0hdxkOOsBCOs1OwLZSSELUp_krIieKzHG9pFvOejlzIUBhMGz1H5xec1cFT6R2w2fOpXmhff8/s640/El+delegado+%2528Tercera+entrega%2529+-+Maximiliano+L%25C3%25B3pez.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Maximiliano López</b></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">El veedor llama a Susana
Olmos para que entre al cuarto oscuro a ejercer su voto. No tarda mucho en
efectuar el acto y sale del gimnasio con su sobre que luego deposita en la
urna. Acto seguido se reúne con sus compañeras de campaña para ir a almorzar.
La conversación nunca se repone y Bernarbez, resignado a seguir con esa
situación de confinamiento sentimental, conversa con los compañeros promotores
de la carrera atlética organizada por el sindicato. Uno es del gremio mientras
que quien lo acompaña es una mano de obra disponible alquilada por un compañero del gremio que no puede estar
presente, a cambio de cien pesos la hora para representarlo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—¿Cómo piensa que irá la elección, don José? —pregunta el del
gremio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No sé, la verdad quiero que termine. No entiendo por qué hace esto.
Está todo bien con que se presente más de un candidato a ser delegado de los
compañeros, ¿pero justo tiene que ser ella? Y.. yo no soy intolerante, nunca lo
seré, cuestiono que haya un contendiente y que sea ella porque en primer lugar
hice mucho por los compañeros, y en segundo, yo a ella la amé mucho, yo no me
animé a dar el siguiente paso que ella me propuso en su momento y contribuí a que se terminara la relación. Jamás pensé que sus
sentimientos hacia mí derivarían en que ella se postulara para ganarme y
reemplazarme.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">El muchacho del gremio, junto con el alquilado, se manifiestan
sorprendidos por las declaraciones del delegado. Si bien es <i>vox populi</i> la relación mantenida entre
Bernarbez y Olmos durante años, jamás habían escuchado antes una declaración
tal por parte del delegado del Ejército. Diego, el inscriptor del gremio,
intenta atinar a decir:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Tenga ánimo, compañero, usted va a ganar por goleada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">José, hastiado y resignado ante el chupamedismo del joven, mira para
arriba y suspira: —qué se yo, pibe… ¿Les gustaron las empanadas? Sírvanse más
gaseosa, por favor —acercándoles una botella ya no tan fría.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">En medio del proceso electoral en desarrollo surge el inconveniente
que la ficha de anotaciones del padrón están asistiendo a votar se quedó corta
en relación a la cantidad de electores. Las hojas no son suficientes. El
imprevisto toma por sorpresa a los veedores y todo el cuerpo presente del sindicato. El delegado se encuentra resolviendo una cuestión a la planta baja de la sede, Susana está comiendo en
el comedor y parece que a nadie presente se le ocurre una idea mejor que la de
contactar a alguien de la sede capital del sindicato para que traiga nuevas
planillas o improvisar unas nuevas con birome. El calor, las empanadas y el
refresco parecen haber amodorrado a los compañeros para actuar ante una
contingencia. Al compañero alquilado para inscribir a los otros compañeros
presentes a la carrera se le ocurre la idea de que, desde la seccional Capital
del sindicato, envíen por mail un archivo con el formato de planillas para
imprimirlas en el <i>cyber</i> más cercano.
Por suerte, el compañero del gremio sacó de su carpeta dos planillas vacías que
tenía guardadas de casualidad. Suficientes para que el sufragio pudiera
continuar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Habiendo ya votado y almorzado
la mayoría de los trabajadores del lugar, la terraza va vaciándose de a poco.
Susana Olmos regresa. Su mano derecha, Romina, la recibe con una banana que,
cuando la contendiente toma asiento, se dispone a comer. Aparentan tranquilidad
sentadas a un lado de la mesa donde están los veedores, que esperan a la única
persona que queda por votar, el delegado José, quien se hace presente no sin
haber tardado unos minutos. Pasan diez segundos entre que ingresa y sale del
gimnasio reconvertido en cuarto oscuro y manda el sobre con el sufragio al
interior de la urna. Inmediatamente después de sufragar mira a Susana unos
segundos en forma condescendiente y pasa a dar la mano a los veedores del
sindicato para luego irse al comedor para hidratarse un poco. Todavía no comió
nada. Prefiere esperar a que pase el escrutinio y se comunique el resultado de
la votación para almorzar tranquilo, pase lo que pase. Si gana, todo seguirá
igual. Él, como delegado, administrando los recursos que caen desde arriba para
distribuirlos de la mejor forma posible de acuerdo a las posibilidades, como lo
viene haciendo desde una década y media. Defendiendo y negociando como nadie
allí la protección de los suyos ante los directivos del Ejército de Caridad.
Hay que ver cuánto saca Susana, se dice, mientras bebe un vaso de agua
azucarada. Dependiendo de ello se verá cuán empujado estará a negociar con las
fuerzas que su ex novia representa. En caso de que pierda, sería momento de
activar su plan maestro de contingencia. Quizás la iniciativa más osada en toda
su vida: irse al medio de la pampa seca a seguir trabajando para el sindicato y
el Ejército, pero lejos de todas las contradicciones afectivas y familiares que
lo asfixian. Cualquiera de los dos escenarios, por ende, le sentaría bien. Se
sentiría a gusto tanto siguiendo al frente de la delegación gremial como
alejándose del poder que supo conseguir, de su familia y del amor de su vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Veinte minutos más tarde, el delegado es avisado por Gustavo que el
conteo de los noventa y seis votos está a punto de finalizar. En la terraza sólo
quedan, además de los compañeros del sindicato por fuera del Ejército, José,
Gustavo, Susana y Romina.
Los nervios aumentan en lo que los veedores, únicos calificados para
contabilizar los votos, se encuentran en un extraño hermetismo representado en
el encierro al interior del gimnasio
para llevar a cabo el escrutinio<span style="color: #002060;">.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><span style="color: #002060;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Finalmente, los veedores salen. Uno de ellos comunica el resultado
final: José Bernarbez es reelecto una vez más como delegado gremial. Gustavo le
da unas cuantas palmadas en la espalda a su líder nuevamente plebiscitado por
las urnas. José no manifiesta entusiasmo pero agradece por compromiso las
felicitaciones de su mano derecha, los veedores y demás compañeros presentes en
el lugar. La desazón se apodera de Susana y sus colaboradoras. La lista
opositora seguirá siendo opositora o bien se desarticulará o se coaligará con
la triunfante. De todas maneras, los resultados han sido más parejos de lo
pensado. El compañero Bernarbez sólo superó a la compañera Olmos por ocho votos,
siendo que José obtuvo cincuenta y dos votos mientras que Susana, cuarenta y
cuatro. Jamás había tenido lugar antes, en el historial de elecciones para
delegados, un resultado así de parejo. Este escenario inédito e impensado abre
un panorama totalmente nuevo en la política gremial al interior de la
delegación y en la forma de relacionarse con el sindicato y con los directores
del Ejército de Caridad. Bernarbez y Olmos se verían obligados a formar una
especie de cohabitación que han venido negando para sus vidas privadas luego de
la separación. Una unión de fuerzas, una gran coalición para que la estabilidad
y progreso, cada vez más difícil de sostener en un contexto social y económico
negativo para la clase trabajadora en general, siga predominando entre los
compañeros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Ni para Susana ni para José, que se saludan con respeto mutuo luego
de saberse el resultado y de sus respectivas reacciones y saludos con los
suyos, que se jugaban a todo o nada, se trata de una situación favorable o
pensada. El delegado consiguió retener su poder a costa de perder una gran parte
de apoyo que ha ido a parar a una nueva referente en la delegación. Esa
estrella brillante en un firmamento hasta hace un rato únicamente dominado por
José, si bien no llegó a ganar, sí sorprendió a propios y extraños, y se
transformó en alguien a ser considerado por el otrora poderoso delegado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">La situación no deja de ser surreal para José Bernarbez. No ha sido
este un día cualquiera en su vida. Se acaba de producir una integración total
de su vida privada y pública. Susana, su ex pareja, su gran amor que no pudo
soportar de tan grande que es porque amenazaba los cimientos mismos de su vida,
termina convirtiéndose en alguien ineludible en la construcción cotidiana de
poder a la que debe acudir José para legitimarse constantemente ante sus
compañeros como delegado. Ahora que se fueron todos de la terraza y el comedor,
tanto el ejército invasor de la ATECYD como Susana, Gustavo y el resto de los
compañeros, puede sentarse a comer tranquilo las empanadas que la cocinera, una mujer que hace cinco años trabaja
ahí gracias a él, desde que se abrió la cocina para los trabajadores del Ejercito
de Caridad, le guardó con detalle.<span style="color: #002060;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Espero que le hayan gustado, señor. Le guardé de carne y de jamón y
queso, sus favoritas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Ha sido un gran detalle de su parte, doña Josefa. Le agradezco
mucho —contesta parco el delegado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">La cocinera le sirve un vaso de jugo de naranja y le dice que votó
por él. José vuelve a agradecerle y dice que no es necesario que le comente por
quien voto. Que la seguirá estimando igual y estando a su disposición cuando lo
necesite, haya votado por quien haya votado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Bernarbez, en lo que termina de comer las empanadas, ve cómo se
esfuma su sueño de irse a vivir a La Pampa no sin lamento. Ahora ni siquiera
podrá seguir siendo todo como era antes ni de la forma que quisiera. Cada
decisión o detalle sobre la administración de recursos y la protección de los
compañeros deberá ser consultada especialmente con ella. Si perdía, aunque
fuera por poco, podría ya estar pensando en pedir su promoción hacia otra sede
del Ejército y en los preparativos para la mudanza. Propondría a su hijo irse
con él o quedarse y agarrar la plaza que deja, o pasarle una módica suma de
dinero para que vaya solventando los gastos de la casa en lo que se vende, etc.
Planes que ahora no tienen sentido. Adiós a la vista hacia la nada de La Pampa
seca y semipatagónica, al abrazo de un pretendido destino que al final, o por
el momento, no parece ser tal. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Su destino es su responsabilidad, al parecer, piensa mientras sale
del comedor. Su destino está
presente aquí y ahora, en el comedor que posibilitó, gracias a su talante como
líder y como servidor de poderes mayores dentro del sindicato y a la buena
coyuntura político-económica en el mundo sindical durante unos años, abrir en
la terraza del lugar de trabajo. Ahora los tiempos son distintos, pues cuenta
con un poder escaso y está obligado a cohabitar con una lista disidente.
También deberá administrar recursos más escasos. El margen de favores se achica
y habrá que hacer mucho con poco. Deberá proteger a los trabajadores en un
contexto desfavorable en el cual los mandos medios y altos del mundo
empresarial son más favorecidos en cuanto a facultades de negociación entre
capital y trabajo. La malaria económica, presente ya desde hace un tiempo en el
país, pareció pasarle factura al liderazgo de José. Quizás algo de razón tenía
la compañera Romina al endilgarle que su autoridad y sus logros están
erosionándose y que hace falta imprimir nuevos bríos a la gestión. Y qué mejor
que con la nueva coalición que tiene en mente constituir el reelecto por quinta
vez delegado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Ese destino y esa responsabilidad, unidas según el razonamiento de José por los
tiempos recesivos que corren, le empujan, en el fondo a estar con Susana
también como única opción afectiva. A la posibilidad de integrarla a su vida
pública sin que ello ponga necesariamente en peligro su vida privada y
viceversa. A consagrarse ante ella como su gran amor. Aunque también pudiera
tornarse algo riesgoso. Sus ambiciones podían chocar y consumir, nuevamente, la
relación. La confirmación de un amor intenso pero fatal e imposible. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Lo de la ambición no sería un problema para José. Pues sigue harto
de su cargo y no tendría problema en darle el poder a quien sea en unos años.
O, al menos eso es lo que le dice a Gustavo, quien le pregunta cómo se siente
cuando sale del comedor y se lo encuentra en las escaleras hacia abajo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Al final mandaste cualquier verdura con tu pálpito sobre las
elecciones. Me lo disfrazaste de estudio serio, chanta —bromea Bernarbez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Perdón, José, realmente pensaba que vos ganarías por alto margen.
Pero los resultados me sorprendieron por completo. No esperaba que Susana fuera
a ganar tantos votos. Eso habla de que hay muchos alcahuetes que dicen apoyarte
pero luego van y te clavan un puñal en la espalda. A esos mejor ni tenerlos en cuenta.
Ya sabré quienes son.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Ni te gastes, no hagas pavadas que pueden ser perjudiciales. Gané y
punto. No habrá caza de brujas ni ninguna ridiculez de esas contra quienes
votaron por Susana. Demostró ser una buena candidata y la respeto. Siempre la
respeté como persona, ahora la respeto como cuadro sindical también.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Está bien, Bernarbez, simplemente me preocupa que haya tantos
compañeros que sean falsos. Falsos y morbosos. Porque el morbo sobre tu vida
privada y la de ella también jugó fuerte. Estoy seguro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Sean lo que sean, tendremos su apoyo cada día que esta organización
en donde trabajamos siga funcionando de una manera en la que nos sintamos
mínimamente beneficiados. Y todos queremos eso. Tanto los que votaron por
Susana como los que votaron por mí. La diferencia es que yo sigo siendo el
líder aquí y, por lo tanto, sigo teniendo la última palabra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Me consuela saber que sigas cómodo como delegado de todos nosotros.
Y que tu autoridad siga siendo tan firme cuando hablas de esa manera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No queda de otra, compañero Gustavo. No hay alternativa por el
momento —luego de saludarlo y quitárselo de encima para, de una vez, volver a su
trabajo, se pone jocoso y pregunta —¿Querés saber una cosa? ¿Vos querés saber
por quién voté?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Vamos, José, no me vengas con chistes. Votaste por vos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No —responde—. Voté por Susana.<o:p></o:p></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-66679858856781244052017-05-08T17:55:00.000-07:002017-05-11T09:19:42.239-07:00El delegado (Segunda entrega)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPUXKmE0kUIOVT5617dW-Z2dlW0qoTCj99VVS5E7AkEBtd2uju8RxR-6qFQxttv3KPK8WGW8A_FCfZFN2SE0zwBVBg39qSEQ_F4Xjo-jUpUz2iSzcxSipdjAkn-edhB0AYdqlAfoR8R82T/s1600/imagen+cuento+segunda+entrega+II.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPUXKmE0kUIOVT5617dW-Z2dlW0qoTCj99VVS5E7AkEBtd2uju8RxR-6qFQxttv3KPK8WGW8A_FCfZFN2SE0zwBVBg39qSEQ_F4Xjo-jUpUz2iSzcxSipdjAkn-edhB0AYdqlAfoR8R82T/s640/imagen+cuento+segunda+entrega+II.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Maximiliano López</b></span><br />
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Mientras José realiza las
labores propias del delegado, en uno de sus pocos momentos de tranquilidad y
soledad, entre los reclamos y consultas de los trabajadores del Ejército, se
pregunta cómo es que Susana, <i>Susanita</i>,
osó postularse como candidata a delegada y disputarle su modesta parcela de
poder en la gigantesca maquinaria sindical. ¿Qué fue lo que la llevó a la
actual situación? Cavila, mientras revisa unas planillas con datos actualizados
de la afiliación a la obra social de sus compañeros. Si alguna vez, concluye
Bernarbez, se habló sobre la posibilidad de que Susana participara en política
gremial, se habrá tratado sin dudas de un chiste, o al menos así lo entendió
él. Jamás hubiera pensado, antes de saber que ella se presentaba como candidata
a delegada, que podría hacer algo así. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—¿Será despecho? Hace dos años
que no estamos más juntos —continúa reflexionando—. ¿Habrá esperado todo este
tiempo para postularse? ¿Lo tenía todo preparado? Uno no sabe que esperar de
las mujeres. ¡Y menos de alguien como Susana! Hasta donde yo sabía, no le interesaba
la política gremial, lo que es más, la política en general. Evidentemente —piensa
Bernarbez— esta situación en la que estamos envueltos, que le cuesta soltar, y
a mí también claro, en la que es sencillamente imposible ir de lo idílico a lo
material, ha sido un motor que la empujó a hacer cosas impensadas, como
pretender arrebatarme el puesto de delegado.</span><span lang="ES-AR" style="font-size: 9pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"> José, absorto en sus pensamientos obsesivos,
buscando, una vez más, el porqué de la sorpresiva convicción de su ex pareja, de
considerarse un potencial cuadro sindical, y llegando, una vez más también, a
esa misma respuesta, siempre salida unilateralmente de su cabeza —jamás
consultado con ella— infiere que el resentimiento puede llegar a ser muchas
veces el motor que mueve al ser humano, a la Historia misma. ¿Pero hará Historia
Susana siendo la primera delegada femenina entre los trabajadores del Ejercito de
Caridad seccional Capital? José se encuentra cada vez más cercano a un
nihilismo de “ya fue todo” que, parcialmente, es producto de su culpa eterna,
de esa pulsión por arrojarse mierda en sus propias decisiones, como con su
relación con Susana. Otro poco es por hartazgo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Hartazgo hacia sus
compañeros, ante todo, que del consenso que caracterizó a la delegación
sindical, dan luz verde hacia su resquebrajamiento. Que este acuerdo no ha dado
del todo magros resultados sino —según el propio punto de vista de Bernarbez, y
se jugaba éste que de gran parte de los trabajadores del lugar también— todo lo
contrario, que gracias a sus gestiones gozaban de beneficios que otras delegaciones
del sindicato no cuentan. Pero así y todo, estos compañeros conceden que se
geste una línea opositora a la autoridad que ejerce el actual delegado desde
hace más de quince años. Esta dinámica política al interior del grupo de
trabajadores comienza a ser interpretada por José, en sus pensamientos cada vez
más intensos y paranoicos, como una señal de total desconsideración hacia sus
esfuerzos. La gota que amenaza con rebasar el vaso de su paciencia y
comprensión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<i><span lang="ES-AR">—</span></i><span lang="ES-AR">Para contar con compañeros así mejor no cuento con nadie —piensa el
delegado, quien trata de llamarse a recato y tratar, a su modo, de entender que
los tiempos cambian y la comunidad también. Pero que pese a esos cambios, como
decía el general Perón, la comunidad debe estar organizada. Concluye que se está gestando en él
la necesidad de una cohabitación entre sus sentimientos de hartazgo y desilusión
con el mundo gremial y una esforzada apertura y empatía con la palpitación de
cambio que parece estar tomando forma dentro del cuerpo de trabajadores del Ejército
de caridad. Necesidad para poder comprender los cambios y discernir de una vez
por todas cuál sería la mejor manera de fortalecer a la delegación, en caso que
pase lo impensado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Si llega a ganar
Susana, simplemente aceptaré las cosas como son y me haré a un lado. Ofreceré
mi mano para ayudar y seguir sacando adelante a este lugar. O bien podría pedir
que me transfieran a otro lado. Quizás esa sea mi mejor manera de ayudar en tal caso. No estaría nada mal empezar de cero en el Ejercito
de Caridad de… no sé, Santa Rosa —piensa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">En ese maldito hartazgo, en
ese cansancio de la vida cotidiana que lo aplasta, su hijo, su ex esposa, su ex
pareja, el sindicato, sus jefes, sus compañeros, comienza sin embargo a
abrírsele una vía de escape: sí, la posibilidad de irse a otro lugar, inhóspito
y lejano, siempre, eso sí, bajo los mantos protectores del Sindicato y el
Ejército. Está confiado en que los años de congraciamiento con el <i>establishment</i> de la ATECYD pueden mover
montañas y que las autoridades accederían ante una tal petición. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">De repente, la posibilidad de alquilar una casita en las afueras de
esa ciudad, que tenga al menos una ventana mirando a la inmensidad del vacío
pampeano o, en el mejor de los casos, un terrenito mirando a la vastedad de esa
nada que presagia la hostilidad patagónica, se perfila como su sueño
definitivo, su última morada en donde apostaría, al menos, encontrar algo
cercano a un rudimentario y ascético bienestar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Sumido José en el transitar
de esta ensoñación inédita, alguien golpea a la puerta de su pequeña oficina,
un ambiente que solía ser un baño. Quien golpea es Andrés, el encargado de
coordinar a los trabajadores del sector de artículos electrónicos del Ejército
de Caridad. Le avisa que han llegado los veedores. De un hondazo es bajado Bernárdez
a la gris realidad, debe ahora facilitarles a los veedores del Sindicato la consecución
de los preparativos del acto electoral. Algo empieza a cambiar en el delegado.
O al menos, una intención antes inerte, ahora latente, de fugarse, comienza a expandirse
por toda su mente y espíritu. Una revolución silenciosa también está teniendo
lugar en él. No obstante, la dualidad entre el deber y el querer sigue en pie,
atormentándolo segundo a segundo, erosionando su resistencia, su temple, su autoridad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">El lugar elegido para la
adecuación de los veedores con las planillas, el padrón y la urna es el espacio
comprendido entre la cocina-comedor y el gimnasio de los trabajadores de la
sede Capital del Ejército de Caridad, en la vasta terraza de la edificación, a
la luz abrasiva del sol de mediados de noviembre. La urna, exhibiendo el
logotipo del sindicato, se dispone en dos mesas de plástico, junto con el
padrón, conformado por cuatro hojas con la relación de los nombres y apellidos
de cada trabajador del Ejército de Caridad afiliado a la organización. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Completa la composición un
termo con agua hirviendo y un mate rebosante de yerba y azúcar, listo para ser tomado
por uno u otro de los veedores. Éstos están sentados detrás de la mesa en dos
sillas, de plástico también. Como último acto previo a la puesta en marcha de
la votación, es habilitado el gimnasio como cuarto oscuro en el que el improvisado
<i>staff</i> logístico para las elecciones,
conformado por dos trabajadores del sector de electrodomésticos usados, acomoda
las boletas de uno y otro candidato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Junto con los observadores del proceso electoral, miembros de la
seccional capital del sindicato, la organización también se hace presente a través
de asistentes para exhortar a
los trabajadores a inscribirse a la obra social y a la carrera anual de diez
kilómetros que organiza la ATECYD, que lleva el nombre de quien es su
secretario general desde hace ya tres décadas. Un hombre providencial del vasto
universo sindical que, al igual que otros pro-hombres en ese mundo, vienen
sobreviviendo a las transformaciones del Estado, la sociedad y el mercado no
sin consolidar sus hegemonías. Y el culto a la personalidad es tan solo una de
las herramientas de un mecanismo de resistencia orientado al fortalecimiento de un
espacio de protección colectiva en el que los trabajadores, si bien no todos,
encuentran cobijo. Y aceptan las reglas del juego con tal de detentar algo de
la estabilidad que aún irradian los sindicatos a una fracción que cada vez
representa menos a la totalidad de la clase trabajadora en la posmodernidad.
Sumida, al menos en este país, en más de un cuarenta por ciento en la actividad
económica informal y sin ningún leviatán sindical que la proteja en ese estado
de la naturaleza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">A José le importa un bledo
si el secretario general incurre o no en excesos, con tal de que se comparta al
menos un porcentaje menor de ese bienestar del que se disfruta en la cúspide.
Lo que se discute ahora es quien será aquélla o aquél que administre esa
parcela de privilegio que el sindicato le asigna a la delegación gremial del
Ejercito de Caridad sede Capital. Y José, a su pesar, tiene la mente puesta en
ello, barajando decisiones y alternativas ante cualquiera de los dos escenarios
posibles: la victoria o la derrota.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">En medio de esa presencia
importante del sindicato durante el proceso electoral, que sin lugar a dudas
altera la vida cotidiana de los trabajadores, quienes de apoco van tomando
presencia ya sea para votar, comer o viceversa, pues ya casi es la hora del
almuerzo y empiezan a olerse las empanadas que con esmero y dedicación la
cocinera prepara, Bernarbez siente que los ojos de la mayoría posan sobre su persona.
La historia entre José y Susana es conocida por todas y todos allí. La gente
del sindicato también está al tanto. Ese <i>affaire</i>
es el condimento principal que le da a esta elección de delegado algo
particular. Y es que no sólo se trata de una elección competitiva y democrática
inédita, sino que, también, la vida pública y privada de los candidatos se entremezclan.
El morbo se maneja silenciosamente entre los compañeros y compañeras por
respeto a ambos. A José por ser la autoridad sindical en el lugar. Y a Susana
por ser una figura con gran ascendiente o, al menos, el suficiente como para
plantarse frente a su ex.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Los trabajadores, o la mayoría de ellos, sienten un profundo respeto
hacia el delegado. Compañeros que hace rato o recientemente se incorporaron al
trabajo que se realiza en el Ejercito de Caridad lo tienen como un protector.
Casi todos le deben un favor. No es un respeto infundado en el temor. O quizás un poco, pero se trata posiblemente
también<span style="color: #002060;"> </span>de uno basado en la admiración
y agradecimiento. Seguramente habrá quien lo deteste por alguna u otra razón
particular o una medida implementada. Pero la valoración en general es
positiva. Muchos de ellos han comenzado a trabajar en el Ejército gracias a él.
Muchos han salido de algún apuro económico gracias a él. Puede hablarse de un
costado paternalista, mesiánico y caudillesco del delegado. Que no es ni más ni
menos que la reproducción, a una pequeña escala, de las prácticas sistemáticas
en el sindicato desde arriba hacia abajo y del mundo sindical en general. Un
modo en el cual se reproducen tanto beneficios laborales para todos los
trabajadores agremiados como la hegemonía de quienes ostentan alguna posición
de autoridad desde el secretario general hasta el delegado gremial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">La “plataforma” electoral
de Bernarbez promete la continuidad, la reproducción de esa cultura política.
En concordancia con la cosmovisión ortodoxa del sindicalismo a la que adhiere, no
sin algunos reparos, José sugiere que su gestión es la mejor opción electoral.
La única viable. Una suerte de <i>There Is
No Alternative</i> manejada por el <i>ala
tory</i> del sindicalismo nacional. Susana, por su parte, representa más o
menos ese mismo modelo: no propone ningún cambio importante ni escapa a ese
mantra. La ATECYD no es una organización sindical que se caracterice por
contener en su interior a sectores disonantes, que cuestionen al liderazgo del
secretario general o el estilo y la cultura político-sindical imperante, en la
disputa por el poder. Sin embargo, alrededor de Susana está Romina, una reformista
que aboga por la inclusión de al menos un par de puntos diferenciales y
“combativos” en la agenda, como la necesidad de que haya apoyo psicológico para
las compañeras y poner el baño de mujeres en mejores condiciones, así como por
una mayor presión en la puja salarial. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">La modesta expansión de derechos propuesta por elementos de la lista
opositora encabezada por su ex mujer es vista por José como gasto innecesario
de recursos ¿Una psicóloga presente en el lugar de trabajo? ¿Para qué? Si la
obra social del sindicato cubre ese aspecto. Lo del baño de mujeres es
discutible y negociable. Pero es de las pocas cosas negociables en una agenda
inviable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Le deseo a Susana la mejor de las suertes si es que gana. Me
gustaría que me acompañara en mi nueva vida en caso de que yo perdiera pero…
bueno, ella ganaría y ocuparía mi lugar. Al final nos las terminamos arreglando
para borrar toda posibilidad. Sólo puedo esperar que sea bien aconsejada y
ofrecerme para ayudar, aunque sea a la distancia, en lo que pueda —piensa,
mientras escucha discutir a Romina, su principal asesora, con un compañero del
sector de muebles, mitad en chiste, mitad en serio. En ese momento aparece la
contrincante del delegado y la tensión baja de nivel. José la mira pero luego
evita cualquier contacto visual con ella hablando con alguna de las personas
que hacen fila para votar. Nada de política, sólo cosas laborales y sindicales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Mientras los agentes del Estado de Bienestar sindical se encargan de
persuadir, inscribir y atender consultas de los trabajadores en torno a la obra
social del sindicato y, en menor medida, avanza la inscripción a la carrera
atlética, la votación comienza. También es la hora de la comida y la terraza
del Ejército de Caridad reboza de gente. Todo transcurre con cierta armonía y
distensión. José trata de controlar que todo suceda de esa manera. Ofrece
empanadas a los veedores y a los asistentes de inscripción a la obra social y a
la carrera del sindicato. Todos aceptan gustosos la comida del día acompañada
de unas gaseosas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">En medio de todo el
jolgorio de compañeros que hablan y bromean entre sí, y una cierta división que
puede notarse entre las mujeres y los hombres respecto de sus preferencias
electorales, los candidatos comienzan a conversar pues la tensión es
insoportable. El dialogo se da de una forma tímida e inhibida. La última vez
que hablaron fue cuando se hizo pública su candidatura a delegada gremial del Ejército
de Caridad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Todavía no entiendo por qué te pusiste de candidata a delegada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Siento que puedo hacer cosas buenas por todos nosotros. Pero me
parece que no lo comprendés y pensás que lo hago para molestarte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No digo que lo hagas por
eso. Es un cargo que puede llegar a excederte, vos sabés bien, estuviste al
lado mío y tenés más conocimiento que todos aquí sobre lo que exige el puesto,
uno asume muchos compromisos y se siente permanentemente tironeado por varios
intereses a la vez, no es un deporte defender a los trabajadores, darles la
porción disponible de torta para repartir, procurar que sea la porción más
grande posible y que deje satisfechos a todos o a una mayoría, atender reclamos
puntuales de los compañeros, bancar las presiones del sindicato y de los
patrones, en fin… mirá, debo decir que tu decisión sigue sin dejar de
sorprenderme. Y que, si me ganas, me gustaría ayudarte a pesar de mi falta de comprensión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Eso es lo que me gustaría, que me puedas ayudar si gano. Y si no lo
hago, que me tengas en cuenta. Juntos podríamos hacer cosas grandiosas aquí. Y
también para nuestra vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No creo que sea bueno que volvamos, y menos en las circunstancias
que proponés. Estás llevando todo a un extremo peligroso. Pretendés que de una
u otra manera integremos nuestras vidas. Pero la verdad que no puedo. Yo quiero
lo contrario. La verdad es que te sigo queriendo mucho, pero se me hace difícil
verte, queriéndote de esta manera y no estar juntos. Sabés que no podemos
estarlo porque mi vida es complicada. No quiero mezclarte en mi trabajo. Me
gustaría que estés en otro lugar, pero no es así. La única manera que se me
ocurre de dejarte tranquila a vos y estar tranquilo yo es separar mi vida de
esta rutina yéndome de la
ciudad. Trabajar en el Ejército de Caridad, pero de otra ciudad. La más lejana
posible. Eso, en el caso que pierda esta elección.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Bueno, yo te ofrezco que hagamos las paces, no te estoy hablando de
volver, simplemente de que nos tengamos en cuenta en este ámbito y vos me decís
que querés irte si llego a ganar la elección. Cosa que sabemos no sucederá.
Parecés una persona sobria, parca y mesurada, José, pero a veces podés llegar a
ser muy dramático.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Me gustaría que vengas conmigo a ese lugar lejano, pero ganarías la
elección en ese caso —le responde José, quien no tiene otra cosa mejor para
decirle. <o:p></o:p></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-47419312008519222292017-04-30T20:08:00.000-07:002017-05-01T10:07:43.781-07:00El delegado (Primera entrega)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaPYWEY7q3M4q6Ls_Rd7nfW9sPi6xeahl-szgyH-vjZXPxFAM29rKgCyOHN8n2g2mP5CO5jaH8WGvPMKbtgAF8scKR6BsDPSC6s3Qtq6pig4UlxxziC9VpvD0rwjlwa8aFQZtb9zBGPx1m/s1600/IMAGEN+CUENTO+IV.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="415" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaPYWEY7q3M4q6Ls_Rd7nfW9sPi6xeahl-szgyH-vjZXPxFAM29rKgCyOHN8n2g2mP5CO5jaH8WGvPMKbtgAF8scKR6BsDPSC6s3Qtq6pig4UlxxziC9VpvD0rwjlwa8aFQZtb9zBGPx1m/s640/IMAGEN+CUENTO+IV.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Maximiliano López</b></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Jueves, son las seis de la mañana, una madrugada fresca que
presagia, no obstante, un día de calor a mediados de noviembre. José
Bernarbez se levanta de la cama de dos plazas en la que duerme solo. Vive con
su hijo en una casa de dos ambientes en los límites de Nueva Pompeya y Parque
Patricios, a unas cuadras del mismo parque, en una zona conformada por casas y fábricas, algunas
abandonadas, otras reconvertidas en oficinas y una minoría en funcionamiento y
sin reconvertir que, tan solo al transitarla, irradia una melancolía entre
gustosa y aplastante. Como la que constituye gran parte de la esencia de José. Tiene dos hijos, ya grandes, de
su primer matrimonio. Eduardo,
uno de ellos, de treinta y un años, está desempleado y vive con él. Esta
vez se despertó temprano porque durmió mal, al igual que el compañero Bernarbez,<b><span style="color: #0070c0;"> </span></b>quien<span style="color: #0070c0;"> </span>le pregunta a su hijo si el mate que está tomando
está caliente o está frio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Hace diez minutos que me colgué viendo <i>facebook</i>— le dice Eduardo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Con esa actitud no veo que vayas a encontrar laburo. ¿Por qué no me
hacés caso y laburás en el Ejército de Caridad, conmigo? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Prefiero quedarme buscando trabajo acá. Y <i>facebook</i> sirve para encontrar trabajo también, aunque no lo creas
ni logres comprenderlo. No quiero estar bajo tu sombra. Sos un tipo jodido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Se hace lo que se puede. No voy a ser distinto si a mi manera de
siempre todo sale más o menos bien.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—¿Ves? Por eso te digo, todo tiene que ser a tu manera. Y estoy
podrido de eso. Prefiero seguir buscando laburo en internet.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Entre la poca voluntad que ponés, la cantidad de demanda que hay y
la poca oferta para la carrera que estudiaste, lo de encontrar laburo la veo
más difícil que encontrar un anillo en un balde lleno de diarrea de hipopótamo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Eduardo sigue viendo absorto su computadora y Bernarbez, ya
acostumbrado a los cortes de su hijo, convencido que es un pelotudo, que en algún momento se dará
cuenta y abandonará gradualmente su vida disipada, como lo hizo él en un pasado
más o menos lejano —no sin
grandes penas—; enciende la hornalla para calentar la pava y se pone a cortar un pan
blanco de un día para preparar unas tostadas y untarlas con queso y miel. Ese
desayuno, austero, apetecible
sin embargo, se perfila como un pequeño momento de sosiego para ambos
antes de echarse a andar en el día. No sería un día cualquiera de todas maneras,<b><span style="color: #0070c0;"> </span></b>al menos para José y los trabajadores del Ejército de
Caridad, pues según dicta el sindicato bajo el que están agrupados, la
Asociación de Trabajadores de Entidades Civiles y Deportivas (ATECYD), el día
dieciséis de noviembre de dos mil dieciséis debe celebrarse la elección de delegado
gremial, representante de los trabajadores del Ejercito de Caridad, seccional
Capital, ante el sector directivo de la organización y el sindicato. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">José Bernarbez no es un elector más ni un trabajador más, es el
delegado gremial de los trabajadores del Ejército de Caridad. Lo es desde hace
dieciséis años. Fue electo cuatro veces consecutivas. Siempre ha estado
alineado al frente dominante dentro del sindicato, que sostiene a quien es su
secretario general desde hace treinta años. José comenzó siendo un delfín, un
número puesto por su antecesor como delegado en el Ejército, allí por el año
dos mil, cuando éste fue
sucedido por jubilarse. De allí en adelante cimentó, con un estilo
sobrio y pragmático, una modesta pero nada desdeñable carrera en el mundo
sindical. Congraciándose tanto con los trabajadores del Ejército de Caridad
como con la patronal y el sindicato, en una suerte de bonapartismo construido
con los elementos disponibles y aprovechando y ensanchando, en lo posible, el
margen para pedir beneficios de impacto entre los trabajadores a los que ha representado hasta ahora. Bonapartismo
austero, sí, pero que deja contentos, en la medida de lo posible, a
todas las partes. Ese consenso alrededor de su figura le ha valido para sus posteriores relecciones como
delegado gremial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Más allá de la tranquilidad
que otorgan esos antecedentes y la posición aparentemente consolidada de José
Bernarbez como figura de autoridad en el mundo sindical y ante sus pares como
delegado gremial, mientras ceba y toma mate, come sus tostadas producto del pan
húmedo y gomoso bien aprovechado, y le convida, a su vez, mate a su hijo, que
sigue <i>scrolleando</i> la red social, se
siente preocupado, particularmente inquieto. Sabe que esta elección no será
igual, porque esta vez no se presenta como único candidato: esta vez hay un
contrincante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Una línea opositora se ha
abierto en la otrora tranquila interna de la delegación gremial del Ejército de
Caridad. A sus cincuenta y ocho años, el compañero Bernarbez no esperaba
encontrarse con tal escenario. A él nunca le gustó la complejidad de la rosca
política y sindical. Es más, nunca le gustó mucho la política ni los procesos
electorales. Su posición de líder se la ganó como “el sucesor de”<i>,</i> puesto desde arriba</span><span lang="ES-AR">. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Una vez ahí, de arriba
hacia abajo, mediante elecciones a las que se entró siempre en bloque, alrededor
de un solo hombre, del Secretario General, como lo dicta la tendencia en el
sindicato, fue construyendo legitimidad. Siempre se sintió cómodo ejecutando órdenes
de arriba, mandando y disponiendo, desde su parcela de poder, a las bases que representaba.
Ha sabido calzarse el traje de líder: uno sin carisma, pero con llegada y
empatía hacia sus pares. Un administrador de recursos y un protector
paternalista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—¿Y qué vas a hacer hoy?— le pregunta Bernarbez a su hijo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Lo mismo que todas las mañanas, <i>Pinky</i>,
tratar de conseguir un trabajo— le responde Eduardo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—¡No me vengas con chistes
pelotudos! Más vale que vayas a entregar los curriculums que dijiste que
imprimiera y que no te quedes fumando porro en una plaza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Puedo hacer las dos cosas a la vez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No te hagas el canchero, pelotudo. Porque te voy a meter de prepo a
laburar conmigo y se te acaban las vacaciones que estas tomando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Que seas un delegaducho no implica que me trates así. Sólo estoy
haciendo un chiste.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Me parece que te estás
pasando de listo. Yo no voy a tolerar que me trates así. Me gustaría que,
realmente, algún día puedas cambiar y acostumbrarte a no siempre conseguir lo
que deseás. O al menos a entender que lo que deseás implica un esfuerzo y que
no siempre lo vas a conseguir. </span><span lang="ES-AR">Si no hay trabajo de lo que te recibiste, de comunicólogo, tenés que
agarrar lo que venga. Luego de agarrar lo que venga, las oportunidades están
ahí, siempre están ahí para poder acercarte un poco más a lo que te gustaría
hacer. ¿Te cagaría laburar conmigo cargando cosas, llevando de un lugar a otro
ropa, televisores, radios, computadoras? Pensá en las posibilidades que se te
pueden presentar jugándotela por esa opción. Está bravo conseguir laburo y no
hay que ser tan tonto. Mirá si después se te abre, no sé, la posibilidad de
encargarte de manejar la prensa y la comunicación del Ejercito de Caridad… o
del sindicato. Yo ya te lo propuse más de una vez… puedo ayudarte, pero si vos
cooperás. Antes tenés que saber agacharte a juntar las monedas que se les cae a
otros o te tiran. Conmigo de arriba no vas a empezar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Sabés que tu mundo no es mi mundo. No voy a trabajar para ustedes,
ni voy a trabajar donde vos trabajás.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Si fueras menos tonto y vanidoso, menos aburguesado, lo pensarías
de otra manera. Pero no voy a seguir insistiendo. Espera un día complicado—
dice Bernarbez a su hijo y se va del PH sin importarle si su hijo sabe o no que la gestión de su padre
será plebiscitada por sus pares.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">La escasa autoridad de
Bernarbez sobre su disipado y quedado hijo amenaza con extenderse hacia su
reino gremial. Piensa que, al menos, debería tener una cierta ansiedad sobre
como saldrán los resultados, pero no se inmuta. Mientras viaja en el 91 que lo
deja a dos cuadras de su lugar de trabajo, no piensa en el resultado.
Prácticamente no teme por su futuro como delegado. Si esa otra persona lo
expulsara o no diera su lugar como representante gremial, para él no representa ningún problema ni una
pérdida de privilegios. Jamás ha pedido grandes favores al sindicato ni ha
usado su posición para lograr ventajas con los patrones de la organización de
caridad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Siempre vivió con lo justo y si ha ahorrado, lo hizo para su casa,
algún capricho improbable y su auto, un Renault 12 que dejó a su hija menor,
Leonor, visitadora médica, de 27 años. No ve con zozobra una posible salida de
su posición. Para él sería, en el mejor de los casos, una pequeña brisa de
alivio sobre una vida apesadumbrada de la que él se hace cargo con gusto pero
sin entusiasmo, con un
sincero pero tímido orgullo cuando piensa y expresa sus aciertos en lo
personal, profesional y gremial. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Por supuesto que sería un
escenario muy remoto, difícil de imaginar, aquel en el que se viera apartado de
esa modesta parcela de poder. Algo que no vería con malos ojos que sucediera,
pero justamente por su calidad de lejano -pues vaya que le gusta jugar con
escenarios lejanos, que no amenacen su estabilidad como trabajador y
sindicalista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Sin embargo, José ya está
hastiado, cansado. Y su cara, degastada por el trabajo y el poder que reposa
sobre su persona, es una señal de ello. Más ha sabido lidiar y apegarse, a su
modo estoico pero silencioso, no sin algún extraño y endeble pero constante
placer, a su poder y responsabilidad como delegado sindical de un ciertamente
nutrido grupo de trabajadores que se desenvuelven en una de las organizaciones
de empeño y caridad más grandes del país y el mundo. Lidiar y apegarse a la
responsabilidad que emana de su poder como delegado de la seccional Buenos
Aires de los trabajadores de esta organización mundial. Uno que no es para
cualquier trabajador.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">José Bernarbez reúne todas
las condiciones para ser de esos trabajadores que, a la vez, ocupan funciones
delegativas sindicales. Y pensaba que ello había quedado claro entre sus pares
a lo largo y ancho de su modesto imperio. Sin embargo, una revolución silenciosa
parece estar confabulándose. Una fuerza opositora a su austera, justa y
responsable gestión se organizó y la interna parece estar viviendo un momento
de vértigo que a él, en el fondo, le molesta por una sola razón en particular:
quien lidera esa corriente interna, esa voz disidente entre el coro de
satisfechos y conformistas por sus logros como administrador de recursos, es su
ex pareja, Susana Olmos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Susana es una mujer con
quien José convivió durante cinco años, trabajadora de hace tiempo dentro del
Ejercito de Caridad, incluso con más antigüedad que José. Se conocieron allí,
han sabido ser felices juntos, inesperadamente encontrando en el otro la clave
para estar contentos ante una vida y un mundo que parecía les había cerrado
todas las puertas de la felicidad. Una última esperanza de estar lo más
cercanamente posible a la plenitud. Las decisiones tomadas, en especial por
Bernarbez, contribuyeron a socavar la relación. La cruz que el delegado lleva
sobre su espalda, las responsabilidades y la culpa –que siempre han podido más
sobre su vida- lo alejaron de Susana. Ella se había enamorado perdidamente de
José, pero él no había podido parar esa inercia negativa rechazando entregarse enteramente
al amor. O al menos, a una cohabitación entre la felicidad y las obligaciones.
Terminó cediendo a lo último: puras reglas y ninguna excepción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMwvNCwuCSN6fBz8oaYu0TYwJ0ZpuNPCDOIDSlP1XzwbSIxRgC-liXQpYbok2I-OrHG5PoqPqz_EgjY2Y9dPRy0br9ra5EeSo6HBhJnCXAr0N1t9Lr9EHxPvm4mY2N5F3Gs31xyOfVXg76/s1600/imagen+cuento+VI.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMwvNCwuCSN6fBz8oaYu0TYwJ0ZpuNPCDOIDSlP1XzwbSIxRgC-liXQpYbok2I-OrHG5PoqPqz_EgjY2Y9dPRy0br9ra5EeSo6HBhJnCXAr0N1t9Lr9EHxPvm4mY2N5F3Gs31xyOfVXg76/s320/imagen+cuento+VI.jpg" width="246" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">El delegado llega a su
lugar de trabajo y se saluda con Gustavo Pozzi, uno de sus fieles
lugartenientes en el organigrama de la delegación sindical, y encargado de
coordinar los fletes. Con aparente serenidad y parsimonia a la vez que con su
voz entre ronca y grave, no puede evitar preguntar sobre los comicios. Gustavo
lo tranquiliza y le comunica que todo transcurre en total normalidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No hay ningún indicio
importante de apoyo para Susana. Quedate tranquilo. En una hora van a
llegar los del sindicato con la urna y la lista de empadronados. Vas a ganar y
por una gran diferencia, confia en lo que te digo— le responde Gustavo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Estoy tranquilo. Pero también molesto. Quisiera que este día o que,
al menos, el momento de la votación pase rápido. Es una pesadilla que Susana esté metida en esto, ¿para
qué?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Son cosas de mujeres. Creo que a Mandela la mujer también se le
retobó ¿no?— dice Gustavo, sacando
chapa de sus nebulosos conocimientos sobre política internacional.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—¿Así que soy como Mandela?
Dejate de joder, Gustavo— le responde José, quien luego ríe </span><span lang="ES-AR">ligeramente, algo no muy normal en él, sugiriendo<span style="color: #0070c0;"> </span>ligeros
nervios que se apoderan de su persona, y le dice a su lugarteniente que no
pierda más tiempo y coordine un traslado de muebles con un flete para una
iglesia en Villa Lugano que está encargado para hoy desde hace una semana atrás,
pero Gustavo se queda unos minutos más para decirle los pormenores de la lucha
electoral. Le explica que casi todos los sectores donde los trabajadores del
Ejército de Caridad desempeñan sus tareas están alineados a su figura, pero
quizás Susana tenga arrastre en las mujeres, en especial sus amigas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Y también puede tener arrastre en quienes me quieren ver fuera de
mi posición como delegado, lo
mismo hombres o mujeres. No me importaría a fin de cuentas si soy desplazado —le dice, mientras se sirve un café en la cocina de la organización, ubicada en
la terraza del lugar—, aunque me parecería absurdo que pierda yo, que he
transformado las condiciones de este lugar para que los compañeros estén más a
gusto con sus labores, pero repito, no me importa. Lo que sí me importa es el hecho
de que se trate de mi ex novia queriéndome arrebatar el puesto. Y ni siquiera
es por puesto mismo. Me da bronca que tan solo piense en hincharme las pelotas,
a sabiendas de que muy posiblemente sea una pérdida de tiempo… ¿Y si gana? ¿Qué
es lo que puede hacer? No la veo como alguien que pueda dirigir a todos aquí.
Quizás a sus amigas sí, estas mujeres la consideran un gran referente… pero el
resto la va a subestimar, la querrán manejar, tratarla de tonta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Gustavo le reitera que no hay de qué preocuparse, que más allá de
cierto apoyo femenino no habrá sorpresas. Los trabajadores de la sección de
artículos electrónicos, electrodomésticos y muebles están unánimemente
identificados con la gestión de Bernarbez. El sector disonante es el de Indumentaria, allí donde se agrupa la rama
femenina de los trabajadores del Ejercito de Caridad. Pero afirma que, en
general, se impondrá el voto por mantener las cosas como están. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Las suspicaces miradas de
dos mujeres que se están sirviendo el desayuno, hacen que José y Gustavo paren
la conversación. El último se dirige a hacer su trabajo. José se dispone a
hacer lo mismo, pero es increpado “amistosamente” por Romina Martínez, una de
las chicas que arduamente ha venido trabajando por posicionar la candidatura de
Susana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Cuidado con lo que pueda
pasar hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No voy a hacer nada para
forzar ningún resultado a mi favor, si a eso te referís.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Entiendo que no sos así.
Sos un tipo respetuoso y limpio en estas cosas. Me refiero a que tal vez pensás
que es un chiste que se presente Susana y estás dando por hecho que vas a ganar
por mucha diferencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No pienso que sea un
chiste ni mucho menos, me estás confundiendo. Pero es bastante molesta esta
situación de lidiar con una mujer como Susana, desafiándome en algo en lo que
es inexperta. No quiero saber si su aventura esta de postularse como candidata
a delegada fue una idea tan solo de ella, o alguien le estuvo picando la cabeza.
¡Lo que está claro es que su candidatura es para joderme!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—No es para joderte, pero
bueno, veo que no aceptás otra justificación que esa. Es algo típico de los
hombres, sabés, cuando ven que las mujeres les pisan los talones. Piensan que
es personal, para joderlos, cuando lo que estamos haciendo con Susana es
intentar que nosotras obtengamos más visibilidad en esta organización.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—¿Y no han obtenido
suficiente durante mi gestión como delegado? ¿No consideran suficiente todo lo
que les he dado? Yo soy delegado para todos: mujeres y hombres. Gracias a mí
tienen una cocina, un lugar para sentarse y comer, un gimnasio, mejores
condiciones laborales. Muchas cosas han obtenido los compañeros y compañeras
gracias a que me he dedicado a ello día y noche durante todos estos dieciséis
años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">—Nadie niega que vos trabajaste
denodadamente para mejorar las condiciones en las que trabajamos. Y sí, agradezco
mucho la cocina y el gimnasio. Sin embargo, la plata cada vez alcanza menos y
este año el aumento del sueldo no fue muy redituable. Te estás anquilosando
ya, embriagado por los logros que
mencionás y que te adjudicás vos como tuyos solamente, como si el resto de los
que trabajamos aquí fuéramos no más que un dibujo o una masa sin cerebro. Es momento ya de afinar las mejoras y de
exigir mayores aumentos salariales y, en lo particular, avances para las
mujeres. Con Susana como delegada, en cambio, las mujeres en este lugar -que no
somos pocas- seremos mejor escuchadas en nuestras demandas, cosa que no sucede
con vos. Tu gestión fue buena, pero hoy está estancada. Respecto al machismo
imperante y al menosprecio hacia nosotras, poco o nada se ha hecho, y no veo
que tengas voluntad para torcer esa realidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Susana entra al comedor y
el diálogo se corta para desgracia de Romina, inspirada por los textos de Nancy
Fraser que últimamente ha venido estudiando en sus esfuerzos por rendir
Política y Sociedad en la Universidad donde está matriculada, y en la que
avanza lo que le permiten avanzar sus obligaciones laborales, y para fortuna de
José, a quien ya le estaba doliendo la cabeza de escuchar la perorata
reformista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">El delegado mira a su ex
novia y se saludan. Predomina el respeto mutuo aunque la tensión existe y puede
cortarse con un cuchillo en el aire. Un intercambio cordial de palabras, y José
se queda quieto mirándola mientras ella va a servirse unas galletas y un café. La
relación terminó hace dos años pero, al parecer, su amor por ella sigue en pie y,
sobre todo, su culpa por haber boicoteado lo que bien pudo ser su última parada
para asirse a algo cercano, aunque sea lejanamente cercano, a la felicidad.</span><span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-48633804711127952722016-12-08T18:52:00.000-08:002016-12-08T18:52:32.815-08:00Otaria Flavescens<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu1P5al0O-1sm2cO16zt6S0tD22eMQY6kL9baoe5_XYzKUjEAFAneOfpYNuk7GItJrjKP8BQ5QCjuGibiK-dVwHkz-dZ2_3pOdPPN116eKsPVgqMIwP0R6G9qsSmhJfJoosRdti-NL2Crx/s1600/leon-marino.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu1P5al0O-1sm2cO16zt6S0tD22eMQY6kL9baoe5_XYzKUjEAFAneOfpYNuk7GItJrjKP8BQ5QCjuGibiK-dVwHkz-dZ2_3pOdPPN116eKsPVgqMIwP0R6G9qsSmhJfJoosRdti-NL2Crx/s640/leon-marino.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Carlos Mora</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi llegada a Valdivia, Chile, no fue un acto premeditado. Una casualidad en el camino que pronto me convenció de quedarme, pues si bien al principio instalarme no fue fácil, la ciudad cumplía un requisito que busqué siempre en muchas otras partes: me hacía sentir lo suficientemente lejos. Valía la pena quedarme aquí por lo menos un tiempo, buscar algo que hacer y esperar algunas experiencias. Yo no conocía a nadie aquí (y a decir verdad tampoco en la ciudad que había dejado hace ya varios años). Mi búsqueda de un taller de poesía/literatura o un trabajo, se redujo poco a poco a largas caminatas por la Riviera del río Calle-Calle que bordea un sector hasta topar con su delta, que lo une con los otros dos ríos que circundan la ciudad. Mientras andaba fumaba casi compulsivamente. Después leía, a veces en una banca y cuando lo hacía en mi cama durante casi toda la noche fumaba aún más.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Conseguí en una casa de huéspedes una buhardilla barata que pagaba con el dinero de una renta que se me depositaba una vez por mes. Mi (casi) hogar se encontraba cerca del centro, bastaba caminar hasta el fondo de la calle y tomar unos escalones para encontrarme en una popular vía del primer cuadrante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Valdivia es la segunda ciudad más antigua de Chile, mantiene una fuerte presencia Alemana debido a la colonización de 1845, la cerveza es buena y los germanos se sienten como en casa debido al clima y paisajes similares. Aparte de los atractivos turísticos el lugar es más bien sereno y ordenado. Una de las peculiaridades son los lobos marinos que se acercan a las calles, toman el sol a orillas del río y la gente, al menos los lugareños, parecen no inmutarse. Según escuché a un chileno decir: ellos estaban aquí antes que nosotros, ¿para qué molestarlos? Algunas veces las aglomeraciones son mayores, o algún empedernido se interna más de lo que debería en lo profundo de las calles y es cuando intervienen los carabineros (policía local). Los turistas son los más entusiastas a este respecto, forman círculos alrededor de algunos, toman fotografías, ríen. En mi calidad de viandante observé un día a un hombre, posiblemente estadounidense, jactarse de intrépido mientras se acercaba a un ejemplar enorme que acababa de emerger del agua. Su familia aguardaba unos pasos atrás para fotografiar el suceso hasta que el león, que como me enteré después era bien conocido por los locales y hasta tenía un apodo, lanzó un rugido sepulcral que ahuyentó de dos pasos al turista. Los pinnípedos son animales muy sociales pero supongamos que éste no había pasado un buen día. Imaginé cuál sería el alcance de una mordida proveniente de tan colosal mandíbula. Me levanté en el acto. Observé por última vez al león y mientras lo hacía, del agua gélida surgieron otros tres. Encendí un cigarro y perfilé hacia mi casa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En la noche, acostado junto a unos poemas de Neruda, evoqué la escena que presencié en la tarde, solté un soplido a manera de risa (hace años que no tengo carcajadas), me dejé ir en el hipnótico ascender del humo hasta el techo y empecé a quedarme dormido. Mi sueño fue de lo más raro. Me veía a mí, sumergido en el río hasta el cuello, mi cabeza era capaz de tener una vista completa de la ciudad, una ciudad que ahora parecía vacía y gris. Desde el malecón me sacaban fotografías pero sólo atinaba a ver los flashes, aturdido me dejaba caer al río, la corriente me llevaba. Desperté.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando me disponía a tomar mi desayuno escuché el embrollo en el exterior de la casa, esto aclaró el porqué de la atmósfera incómoda y vacía que sentí al poner un pie en la cocina comunal. Los inquilinos observaban por las ventanas algo que yo no podía ver a través de sus cabezas, abrí la puerta para descubrir un león marino en nuestro jardín. Era enorme, posiblemente el doble de grande que el que amedrentó al turista. Incluso pensé en una morsa. Calle abajo se divisaban grupos de gente afuera de sus casas alrededor de más leones. Había confusión, no era normal que llegaran tan lejos. Otros grababan o tenían el móvil pegado a la oreja. Llamaban a los carabineros para alertarlos. Algunos, como yo, comenzamos a albergar, resignados, un mal presentimiento. Ahora más que nunca sentía la necesidad de dar mi paseo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el centro los bomberos y policía no eran suficientes, escuadrones portaban redes, los camiones los empujaban con agua de vuelta al río o al menos hasta un perímetro seguro. La gente se agolpaba en las ventanas, expectante. Les habían pedido no salir, a mí me pidieron regresar a casa, abstenerme de salir y esperar más noticias. La lógica dictaba que las cosas empeorarían y así fue. A media tarde en la radio ya anunciaban algunos muertos, leones y personas. Como si hubieran tenido una encarnizada batalla. Varios comenzaron a dejar sus casas. Yo esperé, yo siempre aguardo hasta que las situaciones son insostenibles.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La casa de huéspedes donde moraba estaba casi vacía. Salí a la calle a pesar de las sugerencias, lo hice, he de confesar, con algo de miedo. El aire cortaba como una espada hecha de hielo, algunos autos en la calle habían quedado varados con las puertas abiertas. Ningún auto puede pasar sobre un león marino de una tonelada, al menos ningún auto chileno. Pronto supe lo que tendría que hacer. Hice una pequeña maleta y resolví marcharme hacia el bosque siempre verde. Subí tierra adentro con la esperanza de encontrar una cabaña abandonada por el tiempo y por los leones. Cuando estuve lejos, en lo alto, dediqué una última mirada a la ciudad. Los pinnípedos se contaban por millares y seguían uniéndose más desde el río; del otro lado, una columna de gente abandonaba la ciudad por la carretera. Las gaviotas y pelícanos revoloteados formaban una densa nube, de las que sueltan trombas horribles y los graznidos y rugidos eran los truenos que sonorizaban la colonización.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pasó mucho tiempo hasta que me sentí capaz de regresar. Una vez que lo hice volvió a ser cotidiano. Todo está lleno de deyecciones, las señales de la calle tienen óxido, las casas, usualmente hechas de madera se han pintado de verde por el moho. Cuando paso, los leones me observan, indiferentes. Hoy, mientras estaba sentado en una banca, un grupo de leones formó una media luna alrededor de mí, me miraban con curiosidad, ladeando sus cabezas. Creo que vi a uno golpear sus aletas delanteras, ¿fue eso un aplauso? Me levanté y regresé al bosque.
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-8946293510911170072016-10-10T11:40:00.000-07:002016-10-10T12:31:51.516-07:00Muelle 1<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsauDEjWZg3fgKFe9zsyZlWcEqrbIPUj3ovAmgw70Y8YxqDgdO3Yev0vYAiykwp06-zl7KlEL_XzTRJAItnT1i_tcmndkZ3_i5zFu5Y6SBZDk67Lj4EAshG3EvsEdEG_PvDF5f0ck3Ogh5/s1600/Portada.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="304" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsauDEjWZg3fgKFe9zsyZlWcEqrbIPUj3ovAmgw70Y8YxqDgdO3Yev0vYAiykwp06-zl7KlEL_XzTRJAItnT1i_tcmndkZ3_i5zFu5Y6SBZDk67Lj4EAshG3EvsEdEG_PvDF5f0ck3Ogh5/s640/Portada.png" width="640" /></a><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<b><span style="font-size: xx-small;">Autor: Carlos Alberto Duayhe Villaseñor </span></b><br />
<br />
<b>Vaya octubre</b><br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<i>A Luis González de Alba y René Avilés Fabila</i></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Si el 2 de octubre se resiste a la espiral inevitable de la desmemoria colectiva la respuesta misma está en muchos de sus participantes, directos e indirectos, que honran el profundo cambio que significa en la vida democrática de México, ese día.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entre quienes contribuyeron de forma decidida a tan profundos cambios en la cultura y la política nacional brillan dos escritores, periodistas y catedráticos del más alto rango: Luis González de Alba y René Avilés Fabila, fallecidos respectivamente el 2 y el 9 de este, otra vez referido, octubre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tuve la oportunidad de conocer a ambos a finales de la década de los 70 cuando se fundó el diario Unomásuno. Puedo decir que fueron amigos infrecuentes aunque nunca dejaron de existir como maestros de las letras y el conocimiento sin ambages y espléndidos en compartir vida, sabiduría y pese a las distancias y destinos, amistad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Alguna vez en los noventas encontré a Luis en calles céntricas de Coatzacoalcos. Cuando nos reconocimos le pregunté qué hacía en ese gran puerto tan lejano de su hábitat y sin mayor desparpajo y a carcajadas me respondió: “…en busca de un marinero griego”. Antes de despedirnos recuerdo que comentó otra vez sonriente que había pasado por varios planteles escolares y luego de dar un sorbo a un helado de nanche, soltó: “…todas las escuelas desde las primarias hasta la universidad huelen igual, a lápiz”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
René fue generoso y amigo de los amigos inquebrantable. Ejemplo de ello fueron Patricia Zama, Marco Aurelio Carballo, Fernando Macías Cué. Abrió las páginas de su revista El Búho a jóvenes y veteranos, escritores y artistas plásticos, sin mayores trámites, muchos le adeudan siempre gratitud, como su alumnos en las aulas de la UNAM y la UAM.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace un par de años le solicité publicar un cuento de mi autoría. Lo hizo en el Búho. Luego un diálogo en el Facebook:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—René: con profunda emoción y agradecimiento a ti ¡ya me publicaste el cuento Camelia!
Abrazo amigo querido, siempre con afecto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—No me digas nada, todo se lo debes a tu talento para escribir buena prosa. Un abrazo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y en su cumpleaños en noviembre anterior: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—René, espero que hoy sea la fecha de tu cumpleaños. De cualquier forma muchas felicitaciones no sólo por la academia, la literatura, el periodismo, la edición, la lucha intensa por una nación de verdad mejor e intensa, democrática por más todavía de esto que es parte esencial de ti, tu calidad única y tu enorme amistad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Te mando como siempre todo mi afecto, Carlos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esta misma semana René escribió en la revista <i>Siempre </i>esto de Luis. Queda como testimonio de estos dos enormes mexicanos:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“<i>…Luis era un hombre de espíritu fuerte, valiente, un intelectual comprometido, dispuesto a tolerar la pluralidad pero no a rehuir la discusión. Luchó por la verdad: peleó con los suyos y los ajenos, desnudó a dos mitos, <b>Elena Poniatowska y Carlos Monsiváis</b>. Tampoco cayó en las trampas que son Ayotzinapa, el “festín de las balas” que ahora se llama “2 de octubre no se olvida”, y jamás dejó de ser revolucionario en un país que así como antes fue priista hoy cree en patrañas llamadas de “izquierda” como el PRD, ahora aliado del PAN, y de Morena, el partido de un solo hombre, López Obrador. Fue impiadoso con sus rivales, pero nunca dejó de ser certero. No le importaron los reproches de internet, la “venganza de la gleba”. Pero la vida carecía de sentido: ¿para que luchar? Pienso que optó, como tantos otros seres sensibles, por la muerte voluntaria. El suicidio. La precisión me llegó a través de un camarada, Joel Ortega, y entendí la grandeza de Luis González de Alba, luchador social y hombre de <b>amplia y polémica cultura</b></i>”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vaya octubre.
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-58853571984134824812016-09-22T11:27:00.000-07:002016-09-22T11:31:58.561-07:00Crónica Tibu<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivYCDWvES3JSzVHLmt8_NRyVw1zG7m8QZhixPcKPwSNJDC-weaa7O41kzHzqZ3uguBX500-0POBag8pn1maiAz6elghHJsZTy2sFfUvPeCtvlElYVw1DMdBj8qPPhTyHLm3mHnue-m1RL9/s1600/7L5A5943.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivYCDWvES3JSzVHLmt8_NRyVw1zG7m8QZhixPcKPwSNJDC-weaa7O41kzHzqZ3uguBX500-0POBag8pn1maiAz6elghHJsZTy2sFfUvPeCtvlElYVw1DMdBj8qPPhTyHLm3mHnue-m1RL9/s640/7L5A5943.JPG" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><b>Fotografía: Luis Jiménez Chargoy</b></span><br />
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Giovanni Duayhe</b></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La gama de tonos verde esmeralda, bandera y limón de la densa vegetación, ya varios kilómetros antes de llegar; los árboles de mango y el acento de los oriundos; una o dos pausas para ir al baño y el calor húmedo apenas bajar del coche te hace saber que has ingresado al sotavento veracruzano. La reventa comienza desde ahí, desde las casetas de peaje —¿les hace falta boleto?—. “Hoy el calor le pesará al visitante”, intenta uno autocomplacerse.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El “Pirata”, impecable, como siempre. O al menos, emocionante y alegre. El duelo directo por el descenso agrega un ingrediente especial al juego, y aunque no es un visitante que despierte una rivalidad considerable (Morelia), sí es un partido de <i>más de 3 puntos</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La afición pasa a ocupar sus asientos: de todas las edades, géneros, clases sociales… Lo mismo la chica fresita del Fraccionamiento Reforma acompañada de sus hermanos, que los integrantes de la porra desde Río Medio, la “Pochota” y las colonias de la parte norte del Puerto. Sí hay un sentido de pertenencia vertido sobre este tradicional equipo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Hugo Cid no tiene la culpa. Yerra un pase a los 20 segundos de iniciado el juego, y el futbol es cruel. La practicidad implacable del “Ojitos” Meza le da una lección al novato Marini, y en seguida cobra el error del futbolista escualo. El robo de balón se convierte en un centro y la potencia de Ruidíaz —esa potencia de la que carece el Veracruz— manda el balón a las redes. Apenas se estaban sirviendo las cervezas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">¿Cómo afrontar 90 minutos de juego por delante, después de ese error? Tristemente, los abucheos no se hacen esperar cada vez que el mediocampista toca el balón. Gaby Peñalba intenta calmar al equipo, estabilizarlo, y también al público, pero el marcador adverso de manera tan rápida marca el rumbo del resto del encuentro. O más bien la empecinada alineación de Pablo Marini.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pudieron haber sido 5 goles de Morelia, fácilmente. Veracruz pudo haber marcado también 1 o 2 goles más. A la postre, el partido culminaría 1-3.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Para mala suerte de Marini, la cuantiosa porra de los tiburones ocupa la misma cabecera de donde desembocan los túneles que conectan cancha con vestidores. Durante gran parte del segundo tiempo, porra y afición guardan sus vasos para el final del encuentro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Altivo —y vaya que al jarocho si algo le <i>castra</i>, es la pedantería— con ese paso de quien se aferra a un concepto, cruza en diagonal la cancha para dirigirse al túnel inflable, previsto para la protección de jugadores.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los pocos granaderos, que como no queriendo se abocan a protegerlo con sus escudos, apenas logran contener la cascada de vasos y el raudal de líquidos. Con ese andar introspectivo, como presidiario dispuesto a cumplir su condena, el D.T. pagó soberbiamente la pegajosa venganza del aficionado. Hoy no cumplió, y la <i>vox populi</i>, algunas veces tiene la razón: <i>¡fuera, fuera!</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El “Ojitos”, por su parte, fue saludado por la afición.
</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-67114568200365074592016-09-18T01:30:00.003-07:002016-09-18T01:30:48.754-07:00Para documentar el optimismo: fragmentos de “Elogio de las pasiones débiles” y otros relatos extraños <div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPkOr5vJXul0P-al0w3QYHWth8e8c18Cnu6Eyv2oNK1sieWKJfASjzzIN2syc2qW8q9FznxKD9XJDfhsak70LWbZgfWPxTA4920cCJQ-jwE3OtpaPszhZAXFFdum9LpI9jQlcgwLPL0wzz/s1600/Alebrije_3.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPkOr5vJXul0P-al0w3QYHWth8e8c18Cnu6Eyv2oNK1sieWKJfASjzzIN2syc2qW8q9FznxKD9XJDfhsak70LWbZgfWPxTA4920cCJQ-jwE3OtpaPszhZAXFFdum9LpI9jQlcgwLPL0wzz/s640/Alebrije_3.png" width="640" /></a></div>
<b><br /></b>
<b>Larregui o la melancolía </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“…fue entristeciéndose. Tal vez por un gusto recóndito, por lo general inconfesable, se entregó a la melancolía, en última instancia tal vez al deseo de querer morir lo más pronto posible (y no entiendo por qué uno no puede o no ‘debe’ querer morir lo más pronto posible si se le da la ‘desolada gana’, como dice el poeta Miguel Hernández, de ‘morirse’). Pienso que se fue cansando de todo… menos, creo, es una creencia, de sus amigos. Una ‘pasión triste’ lo fue ocupando (y tampoco veo por qué deben criticarse o combatirse las pasiones tristes)… Hasta sus sonrisas parecían tristes, como arrancadas de un fondo impenetrable, como si fuera una concesión...”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Viva la alegría. Muera la alegría </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“…prototipo de ‘pasión débil’. Algo así como ese hombre al que se refiere Bobbio como siendo su ideal: el hombre <i>manso</i>. Esa mansedumbre que paradojalmente es la forma más honda de resistir esta modernidad técnica que está destruyendo el mundo y a nosotros con el mundo. Las ‘pasiones alegres’ nos están llevando alegremente al fin. Muchos de esos ‘sabios’ que ‘no piensan en la muerte’, según las palabras de Spinoza, están convirtiendo al mundo en un infierno”. </div>
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<br /></div>
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<b><br /></b></div>
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<b>Los inescrutables caminos del editor </b></div>
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<br /></div>
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“Un buen día, y vaya a saber por qué, se le dio por editar libros, y editó –como debiera ser– unos pocos libros. Tal vez los editó para darnos el gusto a algunos amigos, tal vez pensando que ganaría algunos pesos… <i>Quién sabe por qué, en ese punto incognoscible donde se decide hacer algo, alguien decide editar libros</i>….” </div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<b>Más vale posmo que pre-moderno </b></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“Así fue. Paideia cerró y a los libros se los llevó (a nuestros amados libros) una librería de viejos de Buenos Aires (siempre el ‘puerto’ llevándose todo lo que puede). Y en el local de nuestras pasiones (débiles y fuertes) hoy se venden electrodomésticos”.
</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<b>Colofón </b></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Llegué a casa de la familia de Nico, que es un brother argentino. Llegué con ese güey. Me iba a presentar a su familia. Bajamos los dos del auto. Lo seguí. A la mitad del camino, se detiene de golpe, como si fuera un ademán calculado, y con mueca nerviosa e irónica confiesa: “No, boludo, no van a entender nada”. Regresé al auto. Y pensé en Cortázar, que decía que los mexicanos son seres extraños. “A güevo”.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-53545504604595160252016-09-03T14:55:00.000-07:002016-09-03T14:55:36.956-07:00La adoración o el miedo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5l2OfnV4Z2ZgGLuayh6X3f1ru78vTzM_TNUahzxx4BFRN4oY7Rio7WeLyoLEDPPpXV2heS5QTBsvXpW3lsCCfu0ce5-5ISs-oFhQYzhZG_ZmXSHa8zO3FWWD5LTCJiP5nXR03l7honkXA/s1600/cronica_hora_del_planeta_29mar2014.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5l2OfnV4Z2ZgGLuayh6X3f1ru78vTzM_TNUahzxx4BFRN4oY7Rio7WeLyoLEDPPpXV2heS5QTBsvXpW3lsCCfu0ce5-5ISs-oFhQYzhZG_ZmXSHa8zO3FWWD5LTCJiP5nXR03l7honkXA/s640/cronica_hora_del_planeta_29mar2014.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Ramsés Ramírez Azcoitia</b></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Su piel tibia y erizada, los músculos tersos y un escalofrío en todo su cuerpo,</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">la mirada buscando explicaciones en las esquinas, sometidas al interrogatorio de la desesperanza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Adónde, si no es ahí, es donde acabamos? Su mirada interroga hasta el llanto,</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">hasta las lágrimas, que esta vez brillan, sosteniendo el horizonte en vilo, en filo,</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">asesino,
extendiendo una sutil capa de vidrio sobre el mundo ¿Adónde? Se pregunta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No resistiendo más los cuerpos silenciosos</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">dejan sentir su inminencia,</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">una voz traidora te consuela con engaños, deformación de la piedad y los óleos:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">—Los cuerpos más bellos los bañamos con cera, materia noble, casa de la flama.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y sus ojos se vuelven opacos, casa sin llama, ríe solo y a oscuras, juntando las palmas en rezo y continúa tras el vidrio sin romperlo</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">con la piel aún tibia y erizada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dors en paix… dors en paix… dors en paix.
</span></i></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-10131316673047522272016-08-16T14:19:00.000-07:002016-08-17T08:33:45.127-07:00Cantinflas o el populismo o síganme los buenos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4jWYn-ZBuhQ6-aDDAKKnkgN1ljyZze9i1DmdjGUwEJwfuTJg9znQsBrZko6ln6K_SQKrY99TbaPXgAcyYU9LJCIo13vCDT5AmxfAye5saV5JnYnnM2KoQpdv-IL0rcxDDdNFR76acoIFX/s1600/mm7-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4jWYn-ZBuhQ6-aDDAKKnkgN1ljyZze9i1DmdjGUwEJwfuTJg9znQsBrZko6ln6K_SQKrY99TbaPXgAcyYU9LJCIo13vCDT5AmxfAye5saV5JnYnnM2KoQpdv-IL0rcxDDdNFR76acoIFX/s400/mm7-1.jpg" width="400" /></a></div>
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<br />
<b><span style="font-size: x-small;">Arsinoé Orihuela</span></b><br />
<br />
El diccionario de la Real Academia Española define “cantinflear” como la disposición de “hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia”. Luego de discutir durante una suma generosa de años el concepto de “populismo”, en esas gélidas aulas destinadas a la instrucción de la Ciencia Política, uno llega a desarrollar una noción más o menos empíricamente exacta de eso que –con absoluta justicia para un comediante cuyo sello fue la acrobacia verbal sin contenido– se conoce como “cantinfleo”. En fin, después de esa “suma generosa de años” de insoportable inanición conceptual, juzgué urgente contribuir a enterrar una de esas palabras falsarias que algunos usan como "arma arrojadiza” y otros elevan a rango de categoría conceptual. Tengo certeza que no son pocos los que padecen el fastidio de la “cantaleta populista”. Por eso extiendo la invitación para participar del cortejo fúnebre de “populismo”. Síganme los buenos. </div>
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<br /></div>
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Es difícil rastrear el origen de la palabra “populismo”, acaso tan difícil como llegar a un consenso acerca de su significado, por eso es que acá se arguye que no es propiamente un concepto, porque no connota ni denota nada preciso (que teóricamente es la precondición de un “concepto”). Etimológicamente refiere al “pueblo”, que es otra de esas palabras ambiguas. Algunos sitúan el primer acto de la idea de “populismo” en el período de la última república romana, que se usaba para designar a esos líderes populares que se oponían a la aristocracia tradicional. Otros afirman que la palabra apareció en el siglo XIX, en Estados Unidos y Rusia, simultáneamente, pero con significados diferentes. Ese registro geográfico e histórico es más o menos irrelevante, acaso porque se trata de un pseudoconcepto irrelevante para la discusión política. </div>
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<br /></div>
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El léxico político es polivalente por naturaleza. Eso es cierto. Pero precisamente por eso habría que apostar a minimizar el efecto (siempre rentable para los sofistas) de la inflación palabraria. “Populismo” es una de esas palabras residuales e inútiles. Y no sólo por su vaguedad e imprecisión, sino también, y acaso más profundamente, por el uso intencionadamente ideológico (y perverso) que otorgan sus más conspicuos vociferantes. </div>
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<br /></div>
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Acerca de la definición de “populismo”, no hay un acuerdo sobre qué es, y se esgrimen todas las prenociones que al emisor en cuestión se le ocurren: que es una ideología o un estilo o una estrategia, o bien, que puede ser discursivo o político o moral. </div>
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<br /></div>
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Unos dicen que es nativista porque construye la noción de “pueblo” con base en la exclusión de los otros. Pero esa característica excluiría a Hugo Chávez, que –según la doxa de baja estofa– es el “populista” por excelencia, porque su proyecto político (bolivarianismo) apunta a la integración de los múltiples pueblos de la región por oposición al aislacionismo. </div>
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<br /></div>
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Otros dicen que se trata de una actitud de polarización que involucra a una élite minoritaria y un pueblo mayoritario. Pero esa situación no es el resultado de un discurso o de algún decreto unipersonal: la asimetría socioeconómica es una situación objetiva. No es accidental que en todo el mundo se extendiera la consigna de “Somos el 99% (de la población) que tiene razones para estar indignada con el 1% (que son los ricos y poderosos)”. La desigualdad no es una ocurrencia de un líder caprichoso. La polarización es empíricamente real. </div>
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<br /></div>
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No pocos señalan que el “populismo” es una forma de hacer política que carece de contenidos programáticos y que es compatible con una variedad de estructuras estatales. Hasta Cantinflas se asombra: “Tons, como quien dice… ¿Cómo dice que me dijo que dijo?” En realidad, tranquilamente podríamos reemplazar “populismo” por “partido político”. En el presente, las organizaciones partidarias son cheques en blanco sin programa, que una vez que consiguen conquistar el poder público se ponen al servicio de las agendas de los grupos económicos que definen los contenidos de la política. </div>
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<br /></div>
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Los liberales más adoctrinados a menudo afirman que el “populismo” es una construcción maniquea de un “ellos” y un “nosotros”. Pero toda la historia del occidente moderno se basa en un maniqueísmo político e ideológico. Es amplio el inventario de antinomias supersticiosas de la modernidad: universalismo-particularismo, occidente-oriente, público-privado, desarrollo-subdesarrollo, ciencia-filosofía, cristianismo-islamismo, autoritarismo-democracia, etc. Todos los gobernantes en Estados Unidos sin excepción, invocan el trillado “choque de civilizaciones” (que se remonta a una presunta lucha entre un mundo cristiano civilizado y un mundo árabe bárbaro) para generar un clima de consenso domésticamente. Otros dirigentes políticos, que según los “teóricos del populismo” no figuran en el “círculo populista”, como Felipe Calderón Hinojosa (el señor de los casquillos), recurren a la misma fórmula maniquea del “ellos” y “nosotros”, y nadie nunca lo acusó de populista. En 2011 dijo: “Hacer acopio de fuerza, enfrentar y dominar el mal. Los mexicanos de bien estamos en el mismo bando y por eso no podemos dividirnos sino apostar a la unidad…” </div>
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Los simpatizantes de eso que genéricamente se conoce como “populismo”, pero que francamente nadie sabe qué significa, arguyen que se trata de la construcción de un sujeto político en momentos de crisis institucional. Pero eso es una obviedad. Los sujetos políticos se construyen muy a menudo al margen de la institucionalidad y en respuesta a la crisis institucional. Se llama organización social de base. Que esa situación la capitalice favorable o desfavorablemente algún líder político es consustancial a los procedimientos rutinarios de la representatividad. Por añadidura, la construcción de un sujeto político auténtico es necesariamente de clase, no de pueblo. Lo políticamente fundamental es la especificidad de la ruta hacia la conquista del poder político por una clase social. Pero la noción de “populismo” hace abstracción de eso, y sus panegiristas optimistas sugieren, con rusticidad teórica, que es llanamente una “forma” de articulación política. </div>
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Eso que llaman “crisis institucional” es una perogrullada. La institucionalidad, especialmente en América Latina, es una mera formalidad. En una región históricamente desahuciada en ese renglón, la política nunca se dirimió allí. En Latinoamérica no alcanzó una materialidad acabada la noción de <i>citoyen</i>, esa abstracción depositaria de garantías o derechos que es la precondición de eso que llaman las “instituciones democráticas”, ni ninguna de esas otras quimeras liberales que incluso en sus matrices geográficas occidentales carecen de valor u operatividad en el presente. </div>
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Los coléricos maldicientes del “populismo”, que tampoco saben bien qué significa, sostienen que ese “incivil comportamiento” es una desviación de las coordenadas demo-liberales, que transgrede los equilibrios institucionales de una “democracia sana”. Pero insanos son los desatinos de esos liberales equilibristas que presumen neutralidad, acaso encantados con el misticismo de la rancia modernidad. Esos desatinos son tributarios de una interpretación adulterada de Hobbes. No entendieron que la prescripción institucional <i>hobbesiana </i>no aspira al momento democrático, sino al momento de la autoridad, que es exactamente lo opuesto. Hobbes no prescribió la democracia; prescribió un artificio de obediencia: el Estado. La condición de posibilidad de la democracia está en el desequilibrio. Y eso no se llama populismo: se llama desobediencia civil. Y poca o ninguna relación tiene con los gobiernos. La democracia en clave liberal existe sólo bajo el conjuro de la simulación. Y esa simulación es el equilibrio que exalta el anti-populista. </div>
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Que el populismo puede ser de derecha o de izquierda, en eso coinciden casi todos. Y que, por lo tanto, no responde a ninguna ideología y depende de los valores contra los que se alza. Acá uno puede pensar en Donald Trump, por aclamación acusado de populista, y cuyo discurso se basa en decir exactamente lo opuesto a lo que diría cualquier líder político del establishment tradicional (no a las minorías o al libre mercado o al injerencismo estadunidense; sí al uso extendido de armas de fuego o al fortalecimiento del mercado interno o a los muros aislacionistas etc.). Sin embargo, casi todos omiten que ese remedo de “oposición” emerge desde una posición de privilegio (Trump es rico e influyente), y eso es lo políticamente fundamental. El Diccionario de la Real Academia Española define “demagogia” como una “degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder”. ¡Trump es un demagogo! Punto. </div>
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La discusión sobre el populismo sólo podía florecer en las miasmas mortuorias de una disciplina como la ciencia política, que siempre se ocupó de las formas y nunca de los contenidos sustantivos de la política, que por cierto es una actitud típicamente anti-científica. </div>
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Esos que desde la derecha asisten al epíteto de “populismo” tienen el propósito de enarbolar una consigna peyorativa que desautorice a algún contrincante con aprobación popular. Es básicamente un ardid lingüístico despreciativo sin valor explicatorio. </div>
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<br /></div>
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Esos que desde la izquierda empuñan el “populismo”, involuntariamente reproducen el preconcepto de la derecha, sin atinar tampoco en la explicación de la cosa política. En Estados Unidos recientemente cobró fuerza una discusión (principalmente entre la comunidad afrodescendiente) acerca de eso que genuinamente define a la negritud en ese país. En ese ejercicio los afroamericanos descubrieron que muchos rasgos o comportamientos que otrora consideraron propios, en realidad eran prejuicios que los blancos cultivaron históricamente y que los negros se apropiaron con el tiempo, creyendo que eran naturales o representativos de su cultura. El “populismo” es ese prejuicio que cierta izquierda se apropia y eleva a rango de programa político. </div>
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El populismo es un relato ideológico que tiene nula importancia teórica, política e histórica. Es una acrobacia verborréica, una telaraña autorreferencial, fuente de discusiones acaloradas pero absolutamente fútiles que desembocan en enredos metapolíticos inescrutables. “¡Ahí está el detalle! –dice Cantinflas–. Que no es ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario” </div>
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Fuente: <a href="http://lavoznet.blogspot.com.ar/2016/08/cantinflas-o-el-populismo-o-siganme-los.html" target="_blank">http://lavoznet.blogspot.com.ar/2016/08/cantinflas-o-el-populismo-o-siganme-los.html</a></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-10937866474732465112016-07-03T19:03:00.001-07:002016-07-04T12:02:28.331-07:00Thomas Hobbes: Modernidad, orden y progreso<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL6EKZ9laCFbxIU7XU9VgAabbeL7KAfuvjWSmUV1vGrgbOQ6EsW8q4eYzMtIvVSziCTOndD1s3Oq4ONdn22lfIgfTd7egnnkwmEbfjETrL_r-1-BeJdq5MvoJyu_QvYcUryt8mBtgCVJjn/s1600/El+modernismo+de+Thomas+Hobbes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL6EKZ9laCFbxIU7XU9VgAabbeL7KAfuvjWSmUV1vGrgbOQ6EsW8q4eYzMtIvVSziCTOndD1s3Oq4ONdn22lfIgfTd7egnnkwmEbfjETrL_r-1-BeJdq5MvoJyu_QvYcUryt8mBtgCVJjn/s640/El+modernismo+de+Thomas+Hobbes.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Maximiliano López</b></span><br />
<br />
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El pensamiento filosófico político de Thomas Hobbes a menudo está asociado a una visión pesimista de la humanidad, la política y la sociedad en la cual se desconfía del hombre y se precisa al Estado como un instrumento de vigilancia y opresión para mantenerlo a raya. Contrario a ello, es importante echar luz sobre el espíritu modernista que le ha motivado a constituir su teoría política. Un pensamiento representado en una narrativa severa que, no obstante, buscó dar sentido, orden y estabilidad al impulso y los deseos del hombre moderno en un periodo de incertidumbres y violencia como la modernidad temprana. Y que también sirve para comprender un presente en el cual el papel de la humanidad y del Estado debe ser reconsiderado frente al avance de intereses privados representados en sectores concentrados de la economía que ejercen una sombra cada vez más notoria sobre la soberanía política de las instituciones y poderes públicos.</div>
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Leviatán es la cristalización de la teoría de Hobbes sobre la política y el Estado. Fue una de las primeras obras de ciencia política. El contexto en el que sale a la luz, a mediados del siglo XVII, es beligerante; Europa recién salía de la Guerra de los Treinta Años, la estructura social, cultural y religiosa continental al igual que muchas de las certezas sobre las cuales giraba la vida y las instituciones de los europeos se encontraban en crisis. El feudalismo estaba muriendo y daba lugar a un nuevo escenario plagado de incertidumbres. La temprana modernidad tomaba forma, aparentemente, de una manera errática pero siguiendo el hilo rojo de la Historia que, recordando a Kant o a Hegel, se iba desarrollando y ordenando de acuerdo a la razón universal en el marco de los distintos momentos en los que ésta opera.</div>
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<br /></div>
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Si bien antes de Hobbes tenemos a Maquiavelo como teórico político de referencia en esta nueva época, lo cierto es que Thomas fue el primer cientista político que aplicó el método geométrico a la filosofía política. Sin desdeñar los estudios históricos y comparativos del florentino, el inglés se valió de los métodos científicos de la época. De la inspiración de Galileo Galilei para elaborar su teoría. Un pensamiento que buscaba dar certidumbre a la época, a los gobiernos, a los Estados y a la sociedad. Una paz que no mate las pasiones humanas. Un orden para el progreso humano. Para que este no se viera alterado por guerras religiosas o de diversa índole.</div>
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<b><br /></b></div>
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<b>El pensamiento de un hombre moderno</b></div>
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Para estudiar al Estado, a Hobbes, siguiendo su método deductivo, le pareció imprescindible estudiar al hombre. Pues es una parte del Estado como creación humana. Y al objeto de estudio no se lo puede estudiar si primero las partes del mismo no son abordadas. Y aquí es cuando entramos a la base de su pensamiento modernista:</div>
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<i><br /></i></div>
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<i>“La felicidad en esta vida no consiste en la serenidad de una mente satisfecha; porque no existe el </i>finis ultimus<i> (propósitos finales) ni el </i>summum bonum<i> (bien supremo) que hablan los libros de los viejos filósofos moralistas. Para un hombre, cuando su deseo ha alcanzado el fin, resulta la vida tan imposible como para otro cuyas sensaciones y fantasías están paralizadas. La felicidad es un continuo progreso de los deseos, de un objeto a otro, ya que la consecución del primero no es otra cosa sino un camino para realizar otro ulterior. La causa de ello es que el objeto de los deseos humanos no es gozar una vez solamente, y por un instante, sino asegurar para siempre la via del deseo futuro. Por consiguiente, las acciones voluntarias e inclinaciones de todos los hombres tienden no solamente a procurar, sino, también, a asegurar una vida feliz (…) De este modo, señalo como inclinación general de la humanidad entera, un perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte”.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquí tenemos a Thomas Hobbes pensando como un hombre moderno. Reconociendo la naturaleza cambiante de la humanidad como motor, en especial, de los cambios que se registraban en la Europa de ese entonces. Donde las viejas relaciones, ataduras y estructuras medievales enmohecidas, que legitimaban los “viejos filósofos moralistas”, estaban dando paso a nuevas formas de relaciones sociales, culturales, religiosas y económicas. El hombre o la mujer como seres ambiciosos. Que persiguen constantemente la felicidad. Cada fin o meta cumplida termina siendo un instrumento o un medio para asegurar una fase superior de esa felicidad o bienestar. O bien para asegurar esa misma felicidad conseguida con esfuerzo, astucia y pasión.</div>
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<i><br /></i></div>
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<i>“La causa de esto no es siempre que un hombre espere un placer más intenso del que ha alcanzado; o que no llegue a satisfacerse como un moderado poder, sino que pueda asegurar su poderío y los fundamentos de su bienestar actual, adquiriendo otros nuevos (poderes y fundamentos de su bienestar)”.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Podemos ejemplificar este deseo humano irrefrenable cuando compramos algo que nos gusta mucho como, pongámosle, una computadora. Y para asegurar que no le pase nada a esa computadora nos hacemos de los elementos necesarios para cuidarla y darle mantenimiento así como también nos asesoramos para darle el cuidado suficiente o bien le pagamos a un tercero para que le de ese mantenimiento que por vagancia o falta de tiempo no podemos darle porque no quisimos o no pudimos asesorarnos y así va formándose una cadena de necesidades, medios y finalidades <i>ad infinitum</i>, que excede a la misma computadora que muere por inutilidad nuestra u obsolescencia programada y la reemplazamos por otra, hasta que nos morimos. O bien podemos citar al mismo Hobbes en una escala más amplia, y con un mejor ejemplo:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>“De aquí se sigue que los reyes cuyo poder es grande, traten de asegurarlo en su país por medio de leyes, y en el exterior mediante guerras; logrando esto sobreviene un nuevo deseo: unas veces se anhela la fama derivada de una nueva conquista; otras, se desean placeres sensuales y fáciles, otras, la admiración o el deseo de ser adulado por la excelencia en algún arte o en otra habilidad de la mente”</i>.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Un poder artificial (y colectivo) para moderar al poder natural (y particular)</b></div>
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<br /></div>
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Para Hobbes, el hombre se mueve por sus pasiones. Utiliza sus habilidades intelectuales y físicas para alcanzar lo que desea sea de la clase socioeconómica o religión que fuere. Quiere el bien. No obstante, esa búsqueda de satisfacción de sus pasiones puede transformar al hombre en el lobo de sí mismo y de todos los hombres. Pues más allá de que, por naturaleza, nazcamos libres, iguales y racionales, según Thomas, si nuestro afán de poder no está regido y atravesado por ciertos códigos producto del consenso general, podemos transformarnos en nuestro peor enemigo. La ambición y la libertad así como la igualdad con la que nace el hombre pueden resultar, en el estado de la naturaleza, en una vida tosca, corta y brutal. Podemos conseguir lo que queremos, pero en un ámbito en el que todo vale alguien nos puede pegar un tiro en la cabeza o matarnos de un hachazo en cualquier momento. Dando lugar a un estado de guerra permanente.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante esa posibilidad de caos, incertidumbre e inseguridad permanente es cuando el ser humano piensa que no puede perecer de una manera violenta e impredecible. Sabe, razona Hobbes, que para poder crecer y desarrollarse necesita de la paz y la protección de algo superior y de lo que debe formar parte para que esa paz, esa estabilidad y ese orden impida que alguien entre a su casa a los hachazos y lo asesine mientras está sentado frente a la computadora bajando música y fumando marihuana tranquilo en su cuarto o estudio solamente porque está en contra de que se baje música sin pagar, o bien, del consumo recreativo de drogas suaves.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y por eso, para que ese impulso modernista que nos mueve hacia metas que se renuevan constantemente no termine dinamitando a la especie humana es que estamos dispuestos a pactar con otras personas. A renunciar un poco a esos impulsos y derechos infinitos para darle entidad a lo que conocemos como Estado. Una creación humana con la que damos un poder artificial a terceros. A representantes y a un soberano que gobiernen, gestionen y auditen asuntos públicos que nos incumben: la paz, la estabilidad, el orden y el bienestar necesarios para que podamos avanzar con nuestros deseos modernos en ese marco. Sin provocar conflictos o bien mantenerlos bajo cauce a través de los canales que ofrece tanto el sistema político como judicial conformado por instituciones y compuestos por representantes y funcionarios que actúan por esos representantes a los cuales cedemos una parte de nuestros derechos. Representantes que, entre todos, actúan en nombre de diferentes sectores, clases, pensamientos y visiones alrededor de la sociedad, la economía, la cultura y la religión. De un mundo artificial de autores, actores y cosas personificadas que es la sociedad civil.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La causa final de esta compleja obra que es constituir un Estado es el cuidado de la propia conservación humana y el logro de una vida armoniosa. Orden y progreso. Los imperativos modernos por excelencia que solo pueden darse con un poder político soberano que emerja del pueblo y controle el Estado en su representación. Un poder político como garante de un poder público que no sea sometido a intereses de privados, como decía Locke que debe ser. Sino que sea rector de estos sin que ello signifique la perdida de libertad sino todo lo contrario; que esa rectoría marque un camino de perfectibilidad para, como más tarde dijo Hegel, se vayan cimentando los elementos y condiciones para la cristalización de un Estado moderno en el que se incluyan todos los sectores, clases, pensamientos y visiones de una sociedad civil moderna y libre con los matices propios de esa sociedad y territorio en donde se erige. No exenta de conflictos ni problemas pero en la que estos se diriman de la forma que establezcan los códigos y leyes que surgen de la misma sociedad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ese poder mayor y artificial que reposa en el Estado, que es conferido desde una multitud por diferentes vías y medios que no son más que el reflejo, al igual que los representantes que resultan elegidos, de cómo esa sociedad se compone y resuelve sus problemas y dilemas, aun con sus elementos opresivos y de dominación, espejo también de una estructura social de clases determinada, que se cristaliza en su composición, es el mayor poder a través del cual la multitud así como los individuos que componen esa multitud pueden potenciar un cierto control sobre sus vidas. Eso fue valido en los tiempos en los cuales vivió Hobbes y escribió Leviatán así como sus otras obras de filosofía política, cuando de a poco la nueva sociedad iba surgiendo de las grietas y escombros que dejaba la estructura feudal y lo sigue siendo en la actualidad, más de trescientos años después con sus diferentes periodos reformistas, restauraciones conservadoras y revoluciones, en el capitalismo tardío, cuando vemos que ese Estado retrocedió muchos casilleros frente a intereses particulares. No los intereses particulares de todos nosotros sino los de unos pocos grupos de poder que, en la mayoría de los casos, terminan por hacerse del control del poder público para gobernar en pos de consolidar sus posiciones. Las cuales se expanden sobre el Estado y la soberanía política como una larga sombra que configura distorsionados patrones de desarrollo para el conjunto de personas que conforman las sociedades modernas.
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-83171283995116792482016-06-24T16:38:00.000-07:002016-06-24T16:38:27.056-07:00El arquitecto y la gárgola<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuGx5e2kM3cqmhUBL8tU3NDvoSRSgmyQVXjHj8QvPtns0cw4kbiqKSh4SH-6pmLNnuMijrwWxy7zPmRBkCLpVd0C51YueEgmhUg6iYMn2IBm5WO9da9pDF2RkWekbLY9YkmYneA0ojqKXK/s1600/paris-gargoyle-brassai_1933.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuGx5e2kM3cqmhUBL8tU3NDvoSRSgmyQVXjHj8QvPtns0cw4kbiqKSh4SH-6pmLNnuMijrwWxy7zPmRBkCLpVd0C51YueEgmhUg6iYMn2IBm5WO9da9pDF2RkWekbLY9YkmYneA0ojqKXK/s640/paris-gargoyle-brassai_1933.jpg" width="464" /></a></div>
<b><span style="font-size: xx-small;">Autor: Ramsés Ramírez Azcoitia</span></b><br />
<br />
<div style="text-align: left;">
1</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Se ve un hombre joven en la cornisa de un edificio.</div>
<div style="text-align: left;">
No se sabe qué hace ahí. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
A lo lejos otro hombre baja sus binoculares.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
—Hermoso —dice,</div>
<div style="text-align: left;">
el hombre parece una estatua.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Es una gárgola sobre la cornisa;</div>
<div style="text-align: left;">
salta y extiende sus brazos,</div>
<div style="text-align: left;">
planea y asciende hacia otro edificio</div>
<div style="text-align: left;">
en un sólo movimiento ágil</div>
<div style="text-align: left;">
y vuelve a parecer una gárgola.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Sorprendido</div>
<div style="text-align: left;">
el rostro del que observa se aleja del vidrio,</div>
<div style="text-align: left;">
viendo desaparecer el vaho de su aliento</div>
<div style="text-align: left;">
y el reflejo de su gesto.</div>
<div style="text-align: left;">
Se voltea y se dirige a Amado:</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
—¿Por qué no puede ver mi rostro?</div>
<div style="text-align: left;">
¿O es que acaso la visión de una gárgola ha confirmado lo que temo?</div>
<div style="text-align: left;">
¿Acaso me he vuelto un fantasma para mis propias visiones</div>
<div style="text-align: left;">
y de pronto éstas han tomado el carácter, la forma y el peso de la realidad negándome la mía,</div>
<div style="text-align: left;">
condenándome a la desaparición, como si yo fuera una creación sin atisbo de duda?</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Mientras, la gárgola pensativa en su próximo salto, traza una sonrisa.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
El hombre de los binoculares, jura haberla visto sonreír</div>
<div style="text-align: left;">
jura que es humano, jura que la vio.</div>
<div style="text-align: left;">
Su reflejo se desvanece</div>
<div style="text-align: left;">
mientras pronuncia una última silaba</div>
<div style="text-align: left;">
que lo lleva a diferentes pensamientos.</div>
<div style="text-align: left;">
Ordena quitar todas las gárgolas de la ciudad.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
2</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
El ventanal deja entrar una luz blanca al mediodía.</div>
<div style="text-align: left;">
Por fuera,</div>
<div style="text-align: left;">
el edificio de forma y dimensiones piramidales</div>
<div style="text-align: left;">
reluce como una estrella en el espacio,</div>
<div style="text-align: left;">
una constelación que se muestra a navegantes que le rendirán culto en sus fábulas,</div>
<div style="text-align: left;">
lejos a millones de años luz.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
3</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Un lustre adiamantado,</div>
<div style="text-align: left;">
virginal,
desdobles</div>
<div style="text-align: left;">
largos, babilónicos, el reflejo del sol en la línea del horizonte que se desvanece,</div>
<div style="text-align: left;">
los ojos entornados de los paseantes, ojos sensibles a su brillo que buscan</div>
<div style="text-align: left;">
aun en ostras;</div>
<div style="text-align: left;">
su brillo delicado es para los admiradores,</div>
<div style="text-align: left;">
el brillo delicado de las perlas, la orilla del mar, otra vez en horizontes que se desvanecen</div>
<div style="text-align: left;">
del mar en tránsito donde emerge su sonrisa.</div>
<div style="text-align: left;">
Que despojen a todo edificio de imaginación,</div>
<div style="text-align: left;">
que sólo sea un lugar pasajero, castillos de arena,</div>
<div style="text-align: left;">
donde cualquiera puede dejar su huella en intercambio.</div>
<div style="text-align: left;">
Que lleven las gárgolas a la bodega para inspección</div>
<div style="text-align: left;">
o cualquiera que encuentren y parezca una.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
También los hombres que estén en las alturas son gárgolas,</div>
<div style="text-align: left;">
los que permanezcan de pie mucho tiempo, son gárgolas,</div>
<div style="text-align: left;">
los que no se siente su presencia cuando están cerca, son gárgolas,</div>
<div style="text-align: left;">
los que vigilan, son gárgolas, son monstruos, aves de rapiña</div>
<div style="text-align: left;">
contemplando la podredumbre en el esplendor,</div>
<div style="text-align: left;">
como una caries en el diamante.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
—No destruyan ninguna,</div>
<div style="text-align: left;">
son hermosas, parecen pesadillas divinas que observan la creación sin duda.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
El hombre de los binoculares se pregunta</div>
<div style="text-align: left;">
¿Por qué sonrío?</div>
<div style="text-align: left;">
Guarda la compostura, busca su reflejo y observa cumplirse sus órdenes,</div>
<div style="text-align: left;">
permaneciendo quieto, incólume y su odio hacia las gárgolas lo hace parecer una estatua.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-16837126279671565572016-06-16T09:03:00.002-07:002016-06-16T09:03:49.988-07:00Extractos de Cuba II<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsRGB5ywTcqi3_aghCcYsHYiVHCUBq3fzoKyrn6JOTWHYCJP18kjkdmQJ84UKIEfYswd9oo1gl4uYTQJAdne66eenwGD6Lmv1MMNltfV25MDShciAPWJn_9X8KLTLj703bA6XfUacPSv0J/s1600/Extractos+de+Cuba+II+-+Julio+Maugham.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsRGB5ywTcqi3_aghCcYsHYiVHCUBq3fzoKyrn6JOTWHYCJP18kjkdmQJ84UKIEfYswd9oo1gl4uYTQJAdne66eenwGD6Lmv1MMNltfV25MDShciAPWJn_9X8KLTLj703bA6XfUacPSv0J/s640/Extractos+de+Cuba+II+-+Julio+Maugham.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Julio Maugham</b></span><br />
<br />
<div style="text-align: right;">
Febrero 2015</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Al parecer Varadero debe su nombre no a los bancos de arena —arena, por cierto, “perfecta” en palabras de P., pues “no es muy gruesa para que al caminar te duelan las plantas de los pies, ni muy delgada para que, cuando se moje, forme un fanguillo en tu piel”–. Debe su nombre a esa atracción peculiar que tienen sobre el hombre la paz y la quietud conviviendo en perfecta armonía con el movimiento y el frenesí. Pensándolo dos veces, tal vez P. tenga toda la razón, sin tenerla... Varadero es el justo medio, como su arena. Aplausos para los creadores o descubridores.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
*</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esto debería haber ido antes de la anotación anterior, pero qué más da. ¿O no? Porque esto es para mí, y tal vez, para quien yo decida que lo lea. Y cobra justa razón al ir a San Francisco de Paula camino a Varadero. ¿A quién diablos le interesaría saber cuántos gatos llegué a tener en un mismo momento de mi vida? ¿A quién el saber en qué orden compré qué modelos de auto? O ¿cuándo los vendí? ¿Quién era el que me los lavaba? Cifras de chismes reunidos en un mismo lugar, con datos nada trascendentales para, según esto, darte una idea de un día común en la vida de E.H. Le agradezco a la negrita de seguridad que nos explicó los pormenores sobre el barco Pilar, la piscina, los vestidores y los jardines de la villa. Pero creo que no sobra decir que son datos completamente innecesarios. Nunca, y lo digo muy seguro a pesar de que es una palabra muy fuerte, nunca entenderemos a E.H. por sus muebles, sus frascos de farmacéutico llenos de lagartijas flotando en formol sobre el alféizar de la ventana del baño, o por sus 57 gatos (RIP). Él era él y basta. Lo demás es un intento fútil de darle sentido a algo que simple y sencillamente no lo tiene. Espero que si algún día tengo un biógrafo, ni lo intente. O bueno, le permitiré mencionar sobre la noche aquella en que impuse un récord, tal vez mundial —mi hermano y su amigo Héctor se sorprendieron al verlo y no encontraron en <i>Youtube</i> video alguno con mayor puntuación a la mía—. Fue en el videojuego de <i>Mario Party</i> para <i>Nintendo 64</i>, en donde tenías que hacer girar la palanca a grandes velocidades y lograr que una bomba volara el mayor tiempo posible. O algo así. Ese dato sí fue trascendental para el resto de mi vida. Ese y cuando pasamos a otro nivel K. y yo en ese mismo videojuego a las 2 a.m. tal vez esa misma noche, y nos abrazamos con tal alegría que se podría decir que habíamos ganado una Copa del Mundo. Aunque ese nivel, siendo honestos, lo pasó K. solito. Pero bueno, sabemos que los biógrafos se pueden equivocar (guiño a la distancia a mi futuro biógrafo). Lo siento K. Pelea de biógrafos entre el mío y el de K. Hagan sus apuestas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
*</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estar con A. y M. (estricto orden alfabético) tumbados en la playa me recuerda a cuando éramos niños. Por ahí de mediodía terminamos los tres riendo. Tenemos que reír más. Se nos da muy bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
*</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La Habana nos recibe de noche y con hambre. Es como cuando regresas a casa. Y justamente así se sintió.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-66495677602407241192016-06-08T23:24:00.000-07:002016-06-08T23:25:25.458-07:00Breviario nocturno<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkql1lGvzJqK2uoQtLTPYzBaHBvak9-D3apxVZb92WpemG4Sm_NYizni2VfNqmhyphenhyphenCaYuhuVppHDk5TBer9HuAEpbfOUYagfNVXHlnMJG2loahXS3QFutxh9npbyLIFWtafWeb6kbyZl6Mn/s1600/Breviario+nocturno+-+An%25C3%25B3nimo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkql1lGvzJqK2uoQtLTPYzBaHBvak9-D3apxVZb92WpemG4Sm_NYizni2VfNqmhyphenhyphenCaYuhuVppHDk5TBer9HuAEpbfOUYagfNVXHlnMJG2loahXS3QFutxh9npbyLIFWtafWeb6kbyZl6Mn/s640/Breviario+nocturno+-+An%25C3%25B3nimo.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Anónimo</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<i><span style="font-size: x-small;">Respondo de mis 24 horas, de mis 70 arrugas, de mis 30 años, de mis presagios, de mis amores, de mis deudas, de mis soledades. No hay más solución que plantear el problema y detenerse. Quien responde: no hay respuestas, se condena. Los que no respondan, abandonarán el juego; la partida ha de continuar con los que sigan buscando.</span></i></div>
<div style="text-align: right;">
<b><span style="font-size: x-small;">J. Rigaut</span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Despertó sobresaltado a mitad de la noche con su cuerpo bañado en sudor. Podía percibir claramente, retumbando en sus sienes, los latidos de su corazón a punto de explotar y una agobiante sensación de asfixia. Estaba acostumbrado a este tipo de ataques nocturnos ya que le sucedían varias veces por semana desde que tenía uso de razón o tal vez desde antes. Miró a un costado de la cama, en dirección al reloj que yacía en el buró, y pudo percatarse que aún faltaban 5 horas para que el sol saliera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aturdido, se levantó de la cama todavía con la tensión dentro de su cuerpo y con paso lento se dirigió hacia el baño. Encendió la luz y sintió en su torso desnudo el aire frío que se colaba por la ventana a medio abrir. Abrió el grifo, mojó su cara y bebió un poco de agua para refrescarse. Permaneció unos segundos mirando su reflejo en el espejo que colgaba frente a él, observando unos ojos oscuros, envueltos por un rostro pálido y ajado, mientras un escalofrío recorría su cuerpo. Apagó la luz y, cerrando la ventana con un manotazo violento, salió del baño. En la habitación —eufemismo para aquel cuchitril de mala muerte— la luna se filtraba tenuemente por la vieja persiana de madera iluminando el escaso mobiliario que poseía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Afuera, las calles se encontraban completamente vacías y el silencio que reinaba en ellas se veía de vez en cuando interrumpido por el paso efímero de algún automovilista extraviado. Era otoño —cuando todo muere— y advirtió dentro de él el mismo efecto que esta temporada le provocaba año con año. Desconocía la causa pero sabía que internamente había una grieta que crecía debilitándolo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al alcanzar la cama se recostó nuevamente y, a ciegas, tentando con su mano derecha, la buscó al otro costado. Inmediatamente la encontró enredada entre las sábanas, quieta y fría; posó su mano sobre ella y el tacto le proporcionó la calma necesaria para tranquilizar el acceso nocturno. Con un vistazo rápido observó cómo las mantas color nácar, adheridas totalmente a su figura, delineaban perfectamente su silueta. Poco a poco el sosiego llegó; ya no temblaba, el aire se volvía puro y lo sentía penetrar hasta el rincón más profundo de sus pulmones, invadiendo cada espacio, purificándolos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Permaneció así, con los ojos cerrados…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con las yemas de los dedos recorrió la silueta de arriba abajo, dibujándola en las mantas cuidadosamente, casi temiendo perturbarla. Se preguntaba cuántos hombres, antes que él, habrían sido destrozados por ella. Cuántos habrían acabado con la cabeza destrozada o el corazón deshecho.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ella había llegado a su vida —como siempre sucede— por azares del destino. La muerte de su padre, ocurrida algunos meses atrás, era la causante de este encuentro. Cuando vaciaba la casa del recién fallecido, intentando separar lo útil de lo inservible, la encontró sorpresivamente dentro de una antigua caja de madera que estaba en el ropero. Era una <i>Magnum .375</i>. Jamás cruzó por su cabeza que su padre, aquel hombre sobrio y taciturno, se podría decir que hasta tímido e inocuo, pudiera esconder entre sus pertenencias una pistola. Le parecía un tanto absurdo. ¿Para qué?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
— Para calmar los demonios internos —se respondió desde la profundidad de la noche.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recorrió las sábanas, la tomó entre sus manos y sintió cómo éstas se adaptaban perfectamente a sus formas. Percibía el olor acre que despedía su cuerpo metálico mientras que el entorno adquiría matices de irrealidad. Abrió el cilindro, lo rotó cerciorándose que las seis recámaras estuvieran ocupadas por las balas color oro, para después colocarlo nuevamente en su lugar. Quitó el seguro y posó su dedo índice en el gatillo. Finalmente, con una decisión inquebrantable, jaló del martillo con su dedo pulgar y, girando la pistola hacía él, introdujo el cañón dentro de su boca. Poco a poco su respiración comenzó a acelerarse y su corazón latió con más fuerza.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Jaló el gatillo y un estruendo lo sacudió…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Despertó sobresaltado a mitad de la noche con su cuerpo bañado en sudor. Miró en dirección al reloj. Faltaban 3 horas para que el sol saliera.
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-42276521942356361942016-06-04T12:03:00.001-07:002016-06-05T08:40:13.952-07:00Entre ocho y diez segundos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsLhmRa_CyUvxN-QtPkTrF0p4G9BeiKOXGlT8awGOGN3_goa0-QJISXR_mFmOADVXNqRkb-ya2ys9iZJbifqF8IX742EW_468u0xW2xgZPvPIYCcLt1Uy8r9PoOrep7lrrMTvGSLtlxUIu/s1600/Entre+ocho+y+diez+segundos+-+Giovanni+Duayhe.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsLhmRa_CyUvxN-QtPkTrF0p4G9BeiKOXGlT8awGOGN3_goa0-QJISXR_mFmOADVXNqRkb-ya2ys9iZJbifqF8IX742EW_468u0xW2xgZPvPIYCcLt1Uy8r9PoOrep7lrrMTvGSLtlxUIu/s640/Entre+ocho+y+diez+segundos+-+Giovanni+Duayhe.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Giovanni Duayhe Zilli</b></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<i>En una pantalla se aprecia claramente un hombre que, envuelto en sus sábanas, se está masturbando.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Zoig congela la imagen con el control remoto. Está llevando a cabo una presentación al Comandante Teih, <i>Jefe de la Misión del Desarrollo de la Especie Humana</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Éste se encuentra algo molesto, tanto con su equipo, como consigo mismo. No puede, sin embargo, esconder una genuina estupefacción. Ha estado escuchando la presentación del <i>Jefe de Desarrollo Genético</i>, Dr. Zoig, y del <i>Jefe de Departamento Antropológico</i>, el Dr. Keios.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Pero qué es esto, Zoig, carajo!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno, señor —balbucea, estirándose el cuello de la camisa—, aparentemente, los seres humanos han reinterpretado el acto de procrear, de una finalidad reproductiva a una de mero esparcimiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Qué dice? —increpó el Comandante a Zoig, esta vez más incrédulo que otra cosa, e intrigado, ahora sí, por la hasta hace unos momentos aburrida presentación de ambos jefes de departamento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Sí, vaya, imagínese usted por ejemplo que el presidente y su esposa no hubieran procreado solo ocho veces, las de sus ocho hijos, sino que lo hicieran cotidianamente, por diversión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—No diga tonterías, Dr. por favor. ¡Y guarde el decoro Zoig, chingao!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Sexo, señor —soltó el colega de Zoig, como para que no le cargaran tanto la mano—. Aparentemente, los humanos le han llamado a esto “sexo”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Sexo…?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El comandante puso su mano sobre su frente y luego de una pausa, continuó.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Lo que no entiendo es ¡por qué les divierte coger, Dr., caramba!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno, resulta que los seres humanos tienen la capacidad de experimentar lo que se conoce como orgasmos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Keios hizo una breve pausa, como esperando una reacción del Comandante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—El orgasmo es —continuó- una especie de arrebato físico, mental y espiritual, de unos ocho y diez segundos de duración. Los hombres tienen solo uno, antes de dejar pasar un breve periodo de tiempo para poder experimentar otro. Las mujeres, por su parte, pueden tener múltiples, “aparentemente”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y por qué está este hombre solo? —repuso el comandante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno señor —retomó la palabra Zoig- lo que pasa es que los humanos desarrollaron también la capacidad de recrear fantasías sexuales en su mente para llegar al orgasmo por ellos mismos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—O ellas mismas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Lo que me están diciendo —concluyó el comandante— es que el ser humano tiene la capacidad de abstraerse en un júbilo de placer físico, mental y espiritual, en el momento en que se le dé la gana —si las condiciones lo propician— esté solo o acompañado de una pareja? ¡Pero qué chingados pasó con este proyecto! Carajo, Zoig.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Y eso es solo el principio, señor —prosiguió el <i>Jefe de Departamento Genético</i>—. Los seres humanos empezaron a tener sexo, como se muestra en esta otra pantalla, en la posición más práctica, en términos anatómicos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De misionero, pensó Keios.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Sin embargo, con el paso del tiempo, los humanos pues… cómo explico esto, se empezaron a aburrir del… misionero, ajá, como le llama el Dr. Keios.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Entonces los humanos cogen en otras posiciones?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno, señor, en otras posiciones. Y en otras, digamos, combinaciones.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Combinaciones, dices? —dijo frunciendo el ceño el comandante Teih.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En ese momento, las diversas pantallas del mostrador de la sala de juntas de la nave espacial que tripulaba el muy respetable Comandante Teih, empezaron a mostrar escenas del sexo entre seres humanos. Zoig y Keios explicaban y explicaban.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno —prosiguió alguno de los dos— hay diferentes posiciones entre hombre y mujer: misionero, de perrito, 69, en fin, hay catálogos de esto.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Pero señor, no fue suficiente. Los humanos se aburrieron. Querían más, empujar los límites.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Entonces empezaron a buscar diversas combinaciones: hombre con hombre, mujer con mujer, hombre que se vuelve mujer para tener relaciones con un hombre, o que se vuelve mujer para tener relaciones con una mujer.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Hay también mujer que se vuelve hombre, pero con genitales de mujer. Y hay hombres que se vuelven mujeres con genitales de hombre, para coger hombres.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Mujeres que con aditamentos se pueden coger a un hombre. Hombres que disfrutan ver que otro hombre tenga relaciones con su mujer.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Hay a quienes les gustan gordas, o mayores, o más jóvenes que parecen aún más jóvenes.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Sí bueno, y eso es lo legal —interrumpió Zoig.</div>
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<br /></div>
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El comandante detuvo en ese instante la presentación. Había escuchado suficiente.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Me está diciendo, que esta raza que hemos creado, como un mero experimento, una simulación, ha, de hecho, superado a nuestra propia especie, una que hasta hace momentos era llamada supuestamente a ser perfecta? —preguntó el comandante.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno, algunos dirían que sí, que esa es una afirmación correcta, en efecto.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El comandante entró entonces en una meditación profunda. Sabía que estos dos eran unos meros desarrolladores, no eran culpables de lo que la evolución había escogido para los humanos.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En toda su misericordia, y demostrando ese liderazgo del que tanto se hablaba en las elites políticas de esta especie, intrigado y fascinado en su espíritu científico, reformista y aventurero, continuó la plática varias horas entrada la madrugada con los doctores, preguntando, intercambiando opiniones. Y éstos, con ademanes, con buen humor, haciendo imitaciones y mímicas, le compartían sus hipótesis, sus impresiones sobre esta sorpresiva especie que se les había asignado como proyecto de desarrollo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estas criaturas creativas, incansables, siempre obsesionadas con la idea del progreso.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-86267301420327149512016-06-01T07:20:00.000-07:002016-06-01T07:20:21.299-07:00Serbia: La última frontera (puertas adentro) de Europa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgftLOH5H3BCQbRV1U5xpG67KftP134P3oM24PhqRjSicEbqgjHw-ETE94Ajstuf6RTHM8bKzd162Skapx7_XJ80Jp7PEqgqdVvHDrNONVutSrN32TUNdg5hNuNIKT1tFj4Bkn_D30tsVVd/s1600/Serbia+la+%25C3%25BAltima+frontera+-+Maximiliano+L%25C3%25B3pez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgftLOH5H3BCQbRV1U5xpG67KftP134P3oM24PhqRjSicEbqgjHw-ETE94Ajstuf6RTHM8bKzd162Skapx7_XJ80Jp7PEqgqdVvHDrNONVutSrN32TUNdg5hNuNIKT1tFj4Bkn_D30tsVVd/s640/Serbia+la+%25C3%25BAltima+frontera+-+Maximiliano+L%25C3%25B3pez.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Maximiliano López</b></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Luego de la guerra y la secesión, la región que anteriormente conformaba en su conjunto a la República Federal Socialista de Yugoslavia está en proceso de integración a la Unión Europea. Croacia y Eslovenia ya se encuentran dentro del club comunitario. Serbia, por su parte, se sitúa inmersa en un proceso similar de integración al organismo. El consenso alrededor de la integración no es total. Cerca de la mitad de la opinión pública no consideraría un hecho positivo que Serbia sea parte de la UE. También hay una minoría creciente que prefiere que su nación esté más cerca de su hermano eslavo mayor: Rusia (1). No obstante, más allá de las resistencias, en todo el arco social, político y económico, algunos levantando las banderas de la algarabía y otros las de la resistencia, creen que una futura cristalización del ingreso de Serbia al club europeo es inevitable.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<b>Pastorales alrededor de la incertidumbre</b><br />
<br />
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Hay una corriente reformista, de corte liberal conservador por un lado y progresista por el otro, en la política, la economía y la sociedad que impulsa el proceso de adhesión a la UE. Alegando que las condiciones de vida en ese país, mejorarán drásticamente con el ingreso de Serbia al bloque y que florecerán miles de puestos de trabajo gracias a una lluvia de inversiones de empresas de los países más poderosos del bloque. Una fórmula que sacará a esa nación del ostracismo, el olvido y el estancamiento y la pondrá en la autopista de una necesaria modernización. Una tabula rasa que será la salida definitiva de los ecos y el aturdimiento de un pasado reciente turbulento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los nostálgicos de un pasado dorado, el previo a las guerras balcánicas, que tuvo a Serbia a la cabeza de una Yugoslavia socialista y unida, comunistas y nacionalistas que, por izquierda y derecha, miran con recelo una casi inevitable entrada de su país a la UE, no piensan lo mismo. Pues argumentan que los problemas económicos no se solucionarán mágicamente con la entrada a la Unión. Sino que, al contrario, corren riesgo de profundizarse. Basta ver los escasos progresos conseguidos por países vecinos como Rumania y Bulgaria. También la crisis económica griega así como la mala situación de España y países centrales como Italia y Francia. La situación del bloque no es la mejor desde hace casi una década. Ni su modelo económico es el mejor para Serbia. Pues quedaría confinada en un lugar desdeñable en la división del trabajo puertas adentro de la comunidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Todos los caminos conducen a Bruselas (y a Moscú)</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estas pastorales, neoliberal y anti-neoliberal, una más pro-europea y otra más pro-rusa no representan a la mayoría de la población serbia, sumida en la apatía y la desesperanza, que lidia entre la precariedad y el desempleo crónico. Que descree de las opciones políticas y un Estado desvencijado frente a las fuerzas del Mercado y el crimen organizado. Un poder público rehén de fuerzas mayores y al que, más allá de las visiones y perspectivas disimiles, que miran al Este y al Oeste dentro de los extremos del espectro político, no le queda otra alternativa que profundizar lazos con Bruselas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La adhesión a la Unión Europea es un hecho (casi) consumado, tanto los grupos reformistas de carácter liberal-conservador y progresista como los socialistas y radicales nacionalistas (dominados por su ala moderada) ven como un futuro cercano el formar parte de la comunidad. Estos últimos más por descarte e inviabilidad de mantener una posición autónoma. Además de Rusia, a ningún otro país le interesa que Serbia mantenga su autonomía respecto a la UE. De las tres fronteras que contienen al bloque supranacional, es la menos problemática de ser absorbida (2). En Moscú saben que no pueden sostener la independencia Serbia. No pueden enviar más fondos de los que ya envían a Belgrado. Pero hacen sus presiones para que el Estado serbio no olvide los favores geopolíticos y económicos que el Kremlin ha hecho por ellos. Eso significa que más allá de una eventual integración a la UE hay un límite el cual no pueden pasar aunque quieran; el ingreso a la OTAN.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El nuevo gobierno, compuesto por un Partido del Orden (el Partido Progresista Serbio) que integra a ex nacionalistas devenidos en social conservadores y tecnócratas liberal-conservadores, más allá de contar con mayoría propia para imponer una agenda política pro Unión Europea, luego de unas elecciones en las que ha ganado holgadamente a las opciones socialista y paleo-nacionalista, no tiene en sus planes descuidar la histórica alianza política con Rusia. No solo el PPS es un aliado estrecho de Rusia Unida, el entramado político a través del cual Putin gobierna al gigante euroasiático, sino que también Serbia es uno de los países europeos que no adhirió a las sanciones impuestas a Moscú desde Washington y Bruselas a raíz del conflicto abierto con Ucrania mientras que Rusia no solo es uno de los principales inversores económicos, también es el principal aliado geopolítico. Que protege al hermano eslavo menor de las condenas y sanciones que aún pesan sobre él luego de las guerras balcánicas. De un pasado por el cual el Tribunal de La Haya aun pide al Estado serbio que entregue a muchos de los que pelearon al lado de Milosevic. Lo que se erige como un compromiso inexpugnable a cumplir, además de encontrar una resolución a la cuestión Kosovo, por las actuales autoridades serbias si es que quieren acelerar el ingreso al bloque comunitario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los gobiernos se parecen más a su tiempo que a su ideología. Es una máxima común a las administraciones de todos los países. La ideología choca con el realismo capitalista, y no queda otra opción que acoplarse a las sinuosas y angostas condiciones que depara este para el Estado y la sociedad, tratando de encontrar, en lo posible, un ángulo de maniobra para adaptar en lo particular esos imperativos a la idiosincrasia de la población y las instituciones. El Partido del Orden serbio sabe que el camino hacia la UE es indeclinable, que se trata de tomar esa senda u optar por la del aislamiento. De todas maneras debe encontrarse un margen para no meter en la negociación cuestiones como el dejar de lado la relación con Rusia y el morigerar los efectos de las políticas de austeridad que forman parte del paquete de medidas que exige la <i>Troika </i>(3) a cambio de la inclusión de Serbia en la UE. Pragmatismo para entender cuál es el camino más viable y también para comprender que las políticas a implementar no deben dañar los lazos del país balcánico con sus antiguos y aún útiles aliados así como con las reales necesidades de la sociedad.</div>
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<br /></div>
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<b>Consideraciones sobre el futuro cercano</b></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una futura obtención del pasaporte comunitario por parte de Serbia, al igual que sucedió con Croacia y Eslovenia en el caso de la <i>yugoesfera </i>(4), y de Rumania y Bulgaria en un plano macro-balcánico, visibilizaría y daría forma institucional el desajuste de este país frente a sus pares occidentales. Arrojando luz sobre los problemas que existen para desarrollar un aparato productivo sostenible y profundizando la nostalgia sobre un dorado pasado comunista. Que no fue tan dorado pero si mucho mejor que su presente y el de la mayoría de los países que formaron parte de una supra nación que fue estratégica tanto para el bloque socialista como para occidente en la Guerra Fría y supo alcanzar los niveles de vida más prósperos detrás del telón de acero.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La anomia de la juventud, la desconfianza ciudadana hacia la clase dirigente sea de izquierda o derecha y la llegada de empresas occidentales, que traen consigo cambios en cuanto a hábitos de producción y consumo, son elementos de un nuevo escenario que terminará de tomar forma cuando Serbia sea miembro de la UE. Poniendo fin a una larga etapa marcada por una gradual, lenta pero constante decadencia de la vieja estructura social. En el tintero queda un considerable ejercito de reserva compuesto por sub-ocupados y desempleados crónicos que esperarían nuevas oportunidades de empleo precario traídos por la constelación de corporaciones alemanas, francesas, españolas e italianas.</div>
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<br /></div>
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El gobierno, y la clase dirigente en general, deberán entender que el solo ingreso a la UE o el acomodarse debajo del manto de un polo de poder no solucionarán por arte de magia los problemas sociales y económicos que arrastra la nación serbia. Aplicar un modelo económico sin adaptarlo, por lo menos, a la realidad concreta que atraviesa, en este caso, la población serbia, es equivalente a su pronto fracaso, no sin consecuencias sobre una sociedad que ya atravesó catástrofes como el derrumbe del sistema económico y político constituido por el titoismo (5) y la posterior guerra.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La incorporación de Serbia a la UE marcará, con total seguridad, el camino para la inclusión de Bosnia, Montenegro, Macedonia y Kosovo al bloque comunitario. La reacción de estos países al proceso empezó a ser respondida por Eslovenia y Croacia. No obstante, no hay nada claro. Cada país, por más similitudes regionales e historia en común que tenga con sus vecinos, es un mundo aparte con sus matices socio demográficos, políticos, económicos y culturales bien particulares. Por eso vale la pena replantear estas interrogantes respecto al caso serbio ¿De qué modo integraría el modelo socio-político liberal propuesto por la UE? y ¿Cómo serán encaradas las oportunidades económicas en el nuevo escenario? ¿Recortando salarios para mejorar el índice de competitividad o forjando una cierta autonomía que permita aprovechar el potencial oculto en el nuevo marco para iniciar transformaciones sostenibles y beneficiosas, en el marco de lo posible, para el pueblo serbio?</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<span style="font-size: x-small;">(1) <a href="http://mundo.sputniknews.com/europa/20160118/1055831491/serbia-ue-rusia-encuesta.html">http://mundo.sputniknews.com/europa/20160118/1055831491/serbia-ue-rusia-encuesta.html</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(2) La expansión de la Unión Europea está contenida, hasta el momento, por tres fronteras: la eslava, mediada por Ucrania, la árabe, mediada por Turquía y la balcánica, mediada por Serbia. Dada la tensión desatada con Rusia a raíz del conflicto ucraniano y la inestabilidad de Medio Oriente, por la cual es más conveniente para Bruselas tener a Turquía fuera del bloque como tapón, la frontera más factible de ser absorbida, no sin dificultades ni resistencias, es la balcánica.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(3) En referencia al grupo de facto que gobierna sobre la economía de la UE conformado por la Comisión Europea el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(4) Se denomina <i>yugoesfera </i>al conjunto de países que integraron la República Federal Socialista de Yugoslavia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(5) La República Socialista Federal de Yugoslavia, conformada al final de la Segunda Guerra Mundial luego del triunfo de los Partisanos de Tito sobre la ocupación alemana y colaboracionista nazi, si bien inicialmente formó parte del bloque pro-soviético, a los pocos años independizó su política económica. Que no salió de los parámetros del Socialismo Real pero adquirió rasgos particulares como su carácter autogestivo y ciertamente permisivo con la iniciativa privada. El llamado socialismo <i>autogestivo </i>o socialismo <i>titoista </i>fue una suerte de alternativa dentro del mundo socialista y modelo para los países no alineados ni a Moscú ni a Washington durante la Guerra Fría. Una alternativa que fue convenientemente sostenida a un lado y el otro del Telón de Acero con fines estratégicos. Como un Estado Tapón para alivianar tensiones entre ambos bloques sobre el territorio europeo en general y la siempre problemática cuestión balcánica en particular.</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-5959262492314131072016-05-26T16:50:00.000-07:002016-05-26T16:51:36.290-07:00Givenchy llegó a Liverpool <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiiJcERi5GsYiPky8LpzSPk-ZU5wkADlpOn2tC9OYAk3iMrYyo7f-hD11Lrz8nwKNb5h9VnyBfwSetDxWF_JFKr9A7xQfaGeMmBdaOhF9yme-mvwXHGoeaGVz3YvMZ-yBoFq_yy_bfLVp_/s1600/la+barbie.tif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiiJcERi5GsYiPky8LpzSPk-ZU5wkADlpOn2tC9OYAk3iMrYyo7f-hD11Lrz8nwKNb5h9VnyBfwSetDxWF_JFKr9A7xQfaGeMmBdaOhF9yme-mvwXHGoeaGVz3YvMZ-yBoFq_yy_bfLVp_/s640/la+barbie.tif" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Fernán González</b></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Caminar el domingo de plaza es una actividad socialmente integrada al ADN mexicano —por lo menos desde el siglo XVII—; es un acto grupal de pavoneo donde a través de una marcha en círculos nos entregamos al auditorio como si fuéramos un concepto visual y a la vez nos dejamos enamorar por la retribución de los otros caminantes. Allí es donde históricamente criticamos el atuendo del otro para reflejar nuestra propia realidad <i>aspiracional</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y en la capital de Veracruz no hay punto más alto para dicho evento que la Plaza Américas, ese ubicuo no lugar que condensa todas las necesidades de ocio locales. Donde los hombres se juntan en manada en lo que la crítica social ha llamado un acto deshumanizante.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El exitoso autor Michael Pollan (<i>La botánica del deseo</i>, <i>El dilema del omnívoro</i>, <i>In Defense of Food</i>) piensa que somos humanos por que cocinamos, el mundo está de acuerdo. Yo pienso que somos humanos también porque nos vestimos y el mundo no siempre concuerda. Las más de las veces ni si quiera se atreven a discutir el tema:</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Porque la moda les aterra.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Su propia y lucida noción de falta de estilo sartoria les apena, y con justa razón; pues el común se muestra interesado en presentarse preocupado por el bien del medio ambiente y aparecer como alguien presentable —de buen ver—, pero compran ropa en tiendas de moda-rápida como Zara y H&M con un gusto particular. Los males ecológicos y en derechos humanos que implican este tipo de comercios son casi tan ofensivos como la falta de belleza en sus mercancías.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es cierto que la gran mayoría de la clase media universal nos vemos obligados a comprar en ellas como parte del rol esclavizador que nos queda del régimen económico:</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Es parte intrínseca de nuestro carácter como compradores de bienes en un sistema de aspiraciones.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero dicha predisposición social no nos justifica el pecado de la ignorancia. Solamente se puede entender el horrible panorama de la moda local a través de la violencia.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy, caminar en los domingos de plaza es un atentado agresivo a nuestra mirada. La falta de estilo personal nos acerca a los uniformes carcelarios necesarios para deshumanizar al castigado.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las señoras bordadoras de buena familia en Coatepec, los finos talleres de zapatería en Naolinco y las boutiques de moda europea de antaño en el centro de Xalapa se han convertido en una burla.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El look manufacturado por un esclavo asiático, comprado en un <i>outlet </i>de McAllen Texas y usado para un viernes de <i>blofeo </i>con los amigos se ha posicionado rápidamente como el “<i>outfit </i>favorito” de nuestra ciudad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Habrá quien quiera argumentar que el problema reside en el carácter de provincia, especialmente en la miseria económica que estamos sumidos, pero basta voltear los ojos a los impresionantes looks de caballero en Cuba, ese país tan castigado monetariamente con hombres casi pavorreales, de cejas depiladas, collares de caracol negro de La Habana y asombrosas “geometrías angulares” en sus cortes de pelo para tumbar dicho argumento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pienso también en los Dandies del Congo que idolatran la figura de Yohi Yamamoto o la nueva tropa de hombres Sihks en los barrios bajos de Estados Unidos que redefinen el uso del turbante como forma de protesta-social-elegante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De vuelta en Plaza Américas el absurdo reinado de la costa oeste americana representado por los 4 titanes de Nueva York (y los outlets):</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Ralph Lauren, Calvin Klein, Donna Karan y Tommy Hilfiger.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Encontró por primera vez, un primer rival serio en la carrera por dominar la psique del comprador masculino veracruzano.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace apenas escasos 6 meses que Liverpool comenzó a vender Givenchy para caballeros, esa aristocrática marca que yace como una de las joyas más importantes en el catálogo de tiendas de lujo LVMH que ha convertido a Bernard Arnault en el hombre más rico de Francia y el número 14 del mundo. Hablando de vendedores de ropa, solamente por debajo de Amancio Ortega, dueño de Inditex, madre de Zara, Bershka y demás favoritos de nuestra manada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La diferencia en precios es exorbitante, una camiseta firmada por Riccardo Tisci para Givenchy puede costar 10 veces el precio de la copia que nos ofrecen las tiendas de moda rápida, una diferencia que supone sencillamente un pago justo y el cubrimiento de las obligaciones sociales para el trabajador. Una marca que celebra a sus “pequeñas manos” y se asegura de proveer una liquidación o pensión para ellas una vez que se tengan que separar. Un gesto mínimo pero que no pueden cubrir las ofertas de ropa más baratas que sin duda alguna funcionan gracias a los centros de esclavos modernos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y la belleza, la belleza de la ropa va incluso más allá del carácter moral de la prenda, sino que tiene que ver con la inclusión visual del concepto de tribu en los diseños de Tisci, quien volteo de cabeza a la marca del hijo del marqués de Givenchy para que dejara de concebirse como ese espacio confinado para idolatrar a Audrie Hepburn en <i>Desayuno en Tiffany´s</i> y pasara a ser ese lugar para invitar a que los hombres se conviertan en híbridos de guerreros Massai, cazadores del amazonas con perforaciones faciales o cholos con el cuerpo completamente tatuado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Diametralmente alejado de la normalización a la que nos empujan las otras prendas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si Givenchy logra ser exitoso en nuestra región de la misma forma que lo ha logrado bajo el mando de Riccardo Tisci en la gran mayoría del mundo, entonces tal vez en esta región violenta podremos un día ver y leer de una aprehensión de un capo narcotraficante de alto nivel —tan sonada como la de la Barbie— en la que los delincuentes no estarán vestidos de Ralph Lauren, revelando un anhelo por ser “anglosajón, religioso y adinerado” sino en un look más fiel a nuestra realidad visual sincrónica. Un look que hable de la violencia que nos ataca en el día a día, y que ya es palpable incluso en el sosegado domingo de Plaza.
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-1786526328849451192016-05-17T00:59:00.001-07:002016-05-17T01:05:21.785-07:00Aldea Global <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9KNCz27vFWdZ5smnWkYxSRb_h1LR53s5PDiW8iqkJiHlNLOttSeg8N-ekft3M-_Od1OqllJtYVlzdDuJdHAwTLosYToLbt6mrWN2oWm6pJjC1iu445Y1ZKG8ZBrgX3QZqGEVu8jA2M45a/s1600/chinos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="378" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9KNCz27vFWdZ5smnWkYxSRb_h1LR53s5PDiW8iqkJiHlNLOttSeg8N-ekft3M-_Od1OqllJtYVlzdDuJdHAwTLosYToLbt6mrWN2oWm6pJjC1iu445Y1ZKG8ZBrgX3QZqGEVu8jA2M45a/s640/chinos.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: left;">
<b style="font-size: small;"><span style="font-size: xx-small;">Autor: El Conde de Aburrá</span></b></div>
<div style="text-align: left;">
<b style="font-size: small;"><br /></b></div>
<div style="text-align: left;">
<b style="font-size: small;"><br /></b></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<b><span style="font-size: x-small;">Medellín, Colombia, 11 de septiembre de 2001 </span></b></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<br />
Me lo contó una puta.<br />
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">–</span> “Ay, mijo… Los chinos son como las hormigas del mundo. Trabajan y ya, sin hacer ruido.”<br />
<br />
Me lo contó una puta.<br />
<br />
<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-60702981125600246732016-05-10T17:43:00.002-07:002016-06-16T09:04:02.656-07:00Extractos de Cuba<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8EFyRqrNdN00SZPd3PaFsJikXOetTIyu6TKvDhrL3uLkNZlY3uDdlfSACj3t-5QgOp3tDsMPwBAIsA8kcedjruyPd4xUgCmyWUIM_-yu4VbvIbOQfUohwctdJN0ceeyVeUtCiqNajkrGQ/s1600/Cuba+017+%25281%2529.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8EFyRqrNdN00SZPd3PaFsJikXOetTIyu6TKvDhrL3uLkNZlY3uDdlfSACj3t-5QgOp3tDsMPwBAIsA8kcedjruyPd4xUgCmyWUIM_-yu4VbvIbOQfUohwctdJN0ceeyVeUtCiqNajkrGQ/s640/Cuba+017+%25281%2529.JPG" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: xx-small;"><b>Autor: Julio Maugham</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Febrero 2015</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Desde lo alto, sólo la inmensidad de la nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">*</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">“La Revolución es una hermosa e indestructible realidad”. La Revolución, no me queda duda, lo es. Pero esa pared en donde estaba escrita esa frase es ahora fiel testigo de que sólo las ideas perduran, porque a la pobre de una carcajada la tirabas. Todo lo demás tiene la posibilidad de quedar en ruinas. Las ideas también, de hecho... Ahora dudo. “Hermosa e indestructible realidad”. Estúpidas palabras, estúpidas ideas, estúpida pared. Y no llevo ni media hora en este lugar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">*</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La Ciudad de la Habana parece que se sostiene de los deseos de los que quieren que no se venga abajo y de las ganas de los que sí quieren que se venga abajo. Es un empate reñido, tendiendo a los tiempos extra y, tal vez, a los penales.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">*</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Uno de mis primos, H., pasó un verano en Cuba en un curso sobre publicidad, probablemente, o sobre lucha grecorromana especializada en tener como oponentes a osos pardos (invicto oníricamente, cabe señalar), poco probablemente. Da igual. Al regresar a Xalapa, trajo consigo los insumos necesarios para preparar una de las bebidas predilectas de los turistas en Cuba: el mojito. Éstos los encuentras fácilmente acá, pero el traerlos desde la isla le da a la bebida aquel dejo de nostalgia necesaria para armar un buen recuerdo. Pero sucedió que, en lugar de traer ron blanco, importó ron añejo. Más caro, de mejor calidad y hasta de más bonito ver, seguramente, pero no el ingrediente correcto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Por los días de su regreso, en casa hicimos una comida de esas de los sábados, en donde la sobremesa llegaba a durar hasta la mañana del día siguiente. H., aún emocionado por su experiencia, nos quería preparar mojitos. Enseguida, R. se dio cuenta del detalle del ron añejo y se lo señaló, pero H., muy confiado en que hacía lo correcto, mezcló los ingredientes con tal destreza que nos hizo dudar a todos sobre cuál era el ron pertinente, pues al fin y al cabo el recién desembarcado era él y no nosotros. El resultado: un mojito con ron añejo, obviamente. No sabía mal, pero no era un mojito. Mejor dicho, sí, sabía mal. Pero lo bebimos y reímos de las ocurrencias de H.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Y recuerdo esto porque, por más increíble que suene, los mojitos de H. con ron añejo se extrañan. Varados voluntariamente en Varadero, decidimos salir a beber algo por la noche. No sabiendo que debíamos caminar más de lo que pensábamos y no encontrando ningún bar a la vista, después de deambular por casi media hora, le pedimos a una señora sentada en el porche de su casa con su hijo adolescente que nos dijera en dónde podíamos encontrar una cerveza, un daiquirí, un mojito. “Pues aquí cerca, a un par de cuadras, rumbo a la calle principal, está el ‘Compás Bar’, pero no es un lugar muy...”. El hijo esbozó una sonrisa, y no entendí por qué. La verdad, no escuché el final de la frase de la cubana. Lo único que me importaba después de nuestra caminata era que había un bar cerca, y que en él existía la posibilidad latente de un daiquirí, un mojito, una cerveza. Agradecimos y retrocedimos hacia la dirección que nos había señalado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Poquito después dimos con el lugar. El “Compás Bar” es un remedo de bar y hace el mismo daño a tan nobles establecimientos como el “Kikín” Fonseca al futbol. Los daiquirís eran poco menos que veneno, y los mojitos, bueno, los mojitos de H. eran una delicia comparados con ellos. No me quedaron ganas de probar la cerveza, y en cuanto terminamos nuestros tragos, nos fuimos derrotados de regreso al cuarto que rentábamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tal vez H. pasó por el “Compás Bar”, tal vez no, no lo sé. Pero el haber bebido aquel menjurje me hizo agradecer el haber probado algo peor que sus mojitos. H. no podía, no debía cargar con el factor de haberme dado el peor mojito de mi vida. Bien por H., es un buen tipo y hasta a la distancia tiene suerte.</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-53714507844864831132016-05-03T23:52:00.000-07:002016-05-04T01:14:35.813-07:00Club 1<div style="text-align: right;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjezl3BvFkT7u2fc-nEccJMftjURFVoeI7MCfkYWmTbJzqVqLm-5xmMxdCJR5Uf2QDR4y7PRgPvI7NtLPAUfAoWM9kS68upkukrgUKSh26pbaZ1fD5Pipx_Erb6ldaY-GUiX8VkyZorrcKh/s1600/2015-05-6964-decay-door.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjezl3BvFkT7u2fc-nEccJMftjURFVoeI7MCfkYWmTbJzqVqLm-5xmMxdCJR5Uf2QDR4y7PRgPvI7NtLPAUfAoWM9kS68upkukrgUKSh26pbaZ1fD5Pipx_Erb6ldaY-GUiX8VkyZorrcKh/s640/2015-05-6964-decay-door.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<span style="font-size: x-small;">“De no haber llegado en aquel punto a aquellos pueblecitos hospitalarios, el desastre habría sido completo, y ningún miembro de los blancos de la expedición habría podido abrigar esperanzas de regresar a México.” </span></div>
<div style="text-align: right;">
<b><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></div>
<div style="text-align: right;">
<b><span style="font-size: x-small;">B. Traven
</span></b></div>
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: left;">
<b><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: xx-small;"><b>Autor: Albert Guardiola</b></span></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<b><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno, si se tratara de eso, supongo que todos estaríamos igual, pero aquí nada más tú y yo estamos hablando de esto. Y no me malinterpretes. Quiero que quede muy claro: no entiendo absolutamente nada de lo que está pasando a nuestro alrededor, pero me queda claro que sigas aquí.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Que siga aquí?— dijo Alets.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues podrías andar de trotamundos, <i>Palets</i>… o leyendo algo que valga la pena. Qué te parece si lo intentas y así yo dejo para otro momento esto de enfrentarte a ti conmigo y a mí contigo. No tiene ningún sentido. Es como mirarse al espejo y ver a Woody Allen. Incluso, siendo él mismo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Zelig ¿no?, Carola.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—No trates de llevarme por tus caminos escabrosos. Sabemos muy bien que no nos llevan a nada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los tiempos de dios son perfectos, solamente que hasta ahora no ha tenido la delicadeza de invitarnos a su convite. Hemos sido presas de un dios macho, que no comparte con hembra o en cualquier caso, ni lecho. Una imagen de hombres que después de llegar a una tierra desconocida se aventuran a otra, y añoraron México por primera vez, porque al parecer nadie se había ido. Quizá sea parte de nuestra i(n)diosincrasia no saber llegar a México y conquistarlo y salir rumbo al otro lado y perderse en el camino y luego andar extrañando México, aunque fuera la Nueva España, pero andar extrañando aquel lugar al que llegaste y conquistaste y luego te fuiste y, casi muriéndote, te permite regresar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—La verdad es que no puedo extrañar ningún lugar al que no he llegado y después, haberme ido. Dicen que todos esos “hubiera” no existen. Tampoco existiría la lógica.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Definitivamente no puedo dejar de vivir aquí donde vivo, aunque en nuestra literatura sólo exista el <i>ricañismo</i>. Nada es ficción. Todo es real y ahí está la verdad de nuestros tiempos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Regresa el tiempo. Le queda claro a ella que él siga ahí. A él no le queda claro lo escabroso del presente, o del camino, o del futuro que será pasado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues sabes muy bien que estoy aquí por ti. Pero también sabes que si no hubiera nacido nunca no hubiera tenido que conocerte, no habría crecido, ni comido, ni me habría desarrollado, ni estaría en el camino rumbo a la muerte del que, mexicanamente, el autoengaño me dice con claridad que tú me vas a sacar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Claro, te lo digo, me queda claro que sigas aquí.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Tú actitud triunfalista no te va a llevar a ningún lugar lejos de mí. No pretendas nada.
Los rotundos éxitos o los encantadores fracasos nos van ayudando poco a poco a desviar la mirada del mundo en el que vivimos y nos acercan al mundo dentro de nosotros en el que nadie conversa con el hombre que lleva dentro. Sí, es una alusión al hombre que supo verse al espejo y aprender la filantropía.<br />
<br />
Mi papel de narrador me excluye de aclarar que no soy humano, ni existo; sólo soy un referente para demarcar el tiempo, para describir el espacio en el que, en total oscuridad, una frente a otra, se hablan dos personas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Déjate de mamadas— dice Carola.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Tienes razón. Compré este revólver. Ni siquiera es un revólver. Es una escuadra. Aquí acaba todo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se escucha un sonido estruendoso. Sigue siendo lunes... por la tarde.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-16178835375928612052016-04-24T22:46:00.001-07:002016-05-04T09:01:41.185-07:00Otra copa para el aire<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikq4VMT9Gja3_beXblehgKnV2TMd77dpjq7RQq4EuKlkffQ3QSqKP4Pn24V1rPGtBAZBlsyt6CA98ZKYh_FO1tpZMLxlUZ_5ZHOskQ41FpIhFby0WTx1f0wltZJg5wqkw_G3IYtgY6QYDR/s1600/X.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikq4VMT9Gja3_beXblehgKnV2TMd77dpjq7RQq4EuKlkffQ3QSqKP4Pn24V1rPGtBAZBlsyt6CA98ZKYh_FO1tpZMLxlUZ_5ZHOskQ41FpIhFby0WTx1f0wltZJg5wqkw_G3IYtgY6QYDR/s640/X.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: xx-small;"><b>Autor: Bruno Darío</b></span></span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif; font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No sé bien lo que hacer cuando mi antojo es brindar por la vida</span></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Si mirar a los ojos vítreos de los bordes y las siluetas</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">o o o si deberían los míos multiplicarse por infinito</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Si mirar un muro</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">o luna</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">o cemento</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Me abordan los mil sentidos de la planta</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Todo es un refugio secreto.</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-76992915410570800412016-04-21T16:23:00.000-07:002016-05-03T18:43:12.539-07:00Necaxa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGq762RMsvVL_zMbf8X0RS0TU_1cVwZukg6jTOHX8Ekik96M0G2ef0Zw2LlIFAk6lrFHlHhAmBtWnuqAcCush1VuiTolAaIvRfeCxyQZ-PH75XIJh4xH1h4m69TYWYNHQlJmmi2UONI7UL/s1600/Retrato+burgues%25C3%25ADa.+Techo..JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGq762RMsvVL_zMbf8X0RS0TU_1cVwZukg6jTOHX8Ekik96M0G2ef0Zw2LlIFAk6lrFHlHhAmBtWnuqAcCush1VuiTolAaIvRfeCxyQZ-PH75XIJh4xH1h4m69TYWYNHQlJmmi2UONI7UL/s640/Retrato+burgues%25C3%25ADa.+Techo..JPG" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: xx-small;">Autor: Giovanni Duayhe</span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: xx-small;">Foto: Sebastián Rivera</span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La noche del 11 de octubre de 2009, el presidente Felipe Calderón disolvía <i>Luz y Fuerza del Centro</i>. Lo hacía mediante la fuerza, con argumentos de rentabilidad. “Aquellas cosas que deberían determinarse por medio de otros criterios se deciden en términos de eficiencia o de análisis «coste-beneficio» […] que encierran cálculos grotescos, asignando una valoración en dólares a la vida humana”, escribió Charles Taylor, filósofo canadiense. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, los costos de<i> LFC</i> casi duplicaban sus ingresos por ventas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ochenta y seis años antes, se fundaba el Club Necaxa, conformado por los obreros de <i>Luz y Fuerza del Centro</i>. Su nombre lo tomaba del río Necaxa, cuya presa provee aún de energía eléctrica al Valle de México. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De ahí en adelante, una historia de triunfos acompañada de descensos a segunda división, mas con el suficiente legado como para alardear ser el equipo de la “Década de los 90s”. Pocos clubes se jactan de recolectar los suficientes éxitos como para marcar una época: Chivas, 60s; Cruz Azul, 70s; América, 80s. La década del 2000 tal vez esté compartida entre Toluca y Pachuca. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Quién le va al Necaxa? Tu hermano, Andrés y Ángel. Nacidos entre el 84 y el 86, e identificables a priori. Eso fue lo que dejó, en la actualidad, la racha ganadora del equipo en la década subsecuente: diseminados antiguos aficionados a un club, expatriados después del último descenso. </div>
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<br /></div>
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Ahora el equipo se encuentra en Aguascalientes. Tienen un buen proyecto, un lindo estadio, y probablemente regresen pronto a primera división. </div>
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<br /></div>
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Se puede visitar el edifico del Sindicato Mexicano de Electricistas en la Cd. de México, en la esquina de Antonio Caso e Insurgentes. Andar por sus pasillos es como andar en cualquier otro burocrático edificio funcionalista, y de repente, "El retrato a la burguesía". Una obra del arte moderno mexicano, ahí, plasmada en el cubo de las escaleras. </div>
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Algo descuidada, pero con esos intensos tonos rojos de la piroxilina, invención –según él- de Siqueiros. Aplica también otros conceptos, une planos desiguales, superficies cóncavas o convexas, techos con paredes, eliminando los ángulos de las escaleras donde se encuentra la pintura. </div>
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Dice la crítica mexicana que Pollock le debe a Siqueiros la técnica del<i> action painting</i> y el <i>dripping</i>. Lo que sí es un hecho, es que fue su alumno en el Siqueiros Experimental Workshop, que el muralista impartía en Estados Unidos. </div>
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Buen detalle de Siqueiros a los miembros del Sindicato. </div>
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Aunque nada mejor que la imagen del equipo entero de Veracruz en <i>close-up</i>, cacheteando a Julio Furch, en la celebración del primero de sus dos goles en la final contra Necaxa del miércoles pasado.
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-77830330458919427222016-04-15T18:15:00.001-07:002016-05-04T00:04:36.779-07:00Un rostro severo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy2NND1jyJqOClxQPC_XWaIk3YJLFBv-d5wYlXF3_p4XWDD0_G1oJtmKauMBD4Z0da3XDxqlcFpBY1SllY6UNQPu4B7M7fTfRKrdtlMqmadGN6gVdwmRdZuyME3WJn7mavnF4dnXRmCuQD/s1600/coffee_and_cigarettes_by_kukuruki.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy2NND1jyJqOClxQPC_XWaIk3YJLFBv-d5wYlXF3_p4XWDD0_G1oJtmKauMBD4Z0da3XDxqlcFpBY1SllY6UNQPu4B7M7fTfRKrdtlMqmadGN6gVdwmRdZuyME3WJn7mavnF4dnXRmCuQD/s640/coffee_and_cigarettes_by_kukuruki.jpg" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: xx-small;"><b>Autor: Anónimo</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Su rostro ostentaba una severidad que no correspondía con su carácter. Acaso fuera por aquella barba profusa y oscura, casi teñida; o por esa manera de exhalar humo constantemente, incinerando con premura un cigarrillo tras otro, rayando en lo compulsivo. Casi tan compulsivo como aquel chasquido, sutil pero recurrente, que emitía al tronar la lengua contra sus dientes en un intento de calmar su ansiedad existencial. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se encontraba sentado en la misma mesa de siempre, con las mismas provisiones de siempre: un café humeante y un cenicero repleto de cigarrillos consumidos hasta el filtro. Con manos trémulas —algo habitual en él— sostenía un periódico local, perdiendo su mirada entre las páginas. Casi nada podía abstraerlo de aquella empresa, ni siquiera el ajetreo casi caótico que provocaban los meseros —disfrazados con gorra y mandil— al atender el resto de las mesas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Era un hombre solitario, bastante cercano al ostracismo. La ciudad no le era ajena, había pasado en ella los últimos cinco años de su vida a pesar de que, en un inicio, se había planteado vivir ahí por un par de meses. Distintas circunstancias provocaron que su estancia se alargara por tiempo indefinido, sin embargo constantemente maquinaba el plan que le permitiera escapar. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando un mesero pasó a su lado lo detuvo y, sin mirarlo, con voz hueca dijo: </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">—Oye, tráeme otro cafecito —seguido por el metódico chasquido. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El mesero, un joven alto y delgado —casi esquelético— lo miró durante tres largos segundos, para después emitir una sonrisa sardónica que dejaba al descubierto una dentadura amarillenta y dispareja. Se retiró para llegar pocos minutos después con el café entre las manos. Lo depositó cuidadosamente en la mesa e inquirió: </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">—¿Qué noticias hay? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">—No mucho —respondió él, escuetamente y sin verlo, para reanudar el tronido perenne. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El mesero, sin prestar demasiada atención a la respuesta, se alejó en silencio, cargando con su débil osamenta. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras encendía otro cigarrillo intentó seguir leyendo el periódico, pero su mente ahora se encontraba dispersa y, por más que lo intentó, no logró concentrar su atención en la lectura. Desistió y comenzó a divagar sobre su situación, un tanto desesperada: deudas adquiridas que sería incapaz de pagar algún día; fantasmas femeninos que desfilaban frente a él y, aunque en realidad estos no parecían tener mucha importancia, por momentos su mente se ensañaba con estos recuerdos lejanos; una salud frágil que por etapas le provocaba quedarse en cama días enteros. Sin embargo, y muy a pesar de todo esto, lo afrontaba y asumía con la pasividad de una res. No se obstinaba en encontrar alguna solución, probablemente porque no la había, o al menos, ésta se encontraba muy lejos de su alcance. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras meditaba todo esto, rumiando con parsimonia su panorama, sintió la presencia de un cuerpo a sus espaldas. Miró de reojo. Era un cuerpo soso pero bastante abultado que portaba un mandil, acompañado de una gorra que adornaba una cara adusta; una vieja cara conocida. Era el Gerente General del establecimiento, que, sin dar tiempo para cualquier otra acción, y con un dejo de desdén, dijo: </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">—¡Carajo, cabrón! ¿Qué no piensas trabajar hoy? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Él lo miro desde atrás de su barba. Luego, cuidadosamente dobló el periódico, sorbió el último trago del café, emitió un último chasquido seguido de un tenue suspiro de hartazgo y, con una displicencia macabra, se puso en pie lentamente; se dirigió a la parte trasera de la barra, tomó una gorra que colocó desprolijamente en su rala cabellera, se ató el mandil y con la mirada perdida y la abulia de un moribundo, comenzó a atender a los clientes que aceleradamente se congregaban en el café. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Era martes.
</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-24904981779799083422016-04-05T04:33:00.002-07:002016-05-03T18:20:03.515-07:00El último priista romántico<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha9wke-9kunJp_L88VMYT5SbrQxNbhechBQMvSsTm6n4QcjJ-WIxgo3KffP9_ADUNRE4DT6Q9g0OjCiSPHYyp1vuky_m2-R3W2upBTQf18qiXPEvygbYhm6UeLAajCZdxeLKd-elGIMZj_/s1600/mariachi_samurai_by_mistermoster-d2ggt7l.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="416" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha9wke-9kunJp_L88VMYT5SbrQxNbhechBQMvSsTm6n4QcjJ-WIxgo3KffP9_ADUNRE4DT6Q9g0OjCiSPHYyp1vuky_m2-R3W2upBTQf18qiXPEvygbYhm6UeLAajCZdxeLKd-elGIMZj_/s640/mariachi_samurai_by_mistermoster-d2ggt7l.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><b>Autor: Giovanni Duayhe Zilli</b></span><br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">En los albores de la democracia, Tocqueville apuntó que la literatura se transformaría. En su afán homogeneizador, en la exaltación de la igualdad, la nueva forma de organización social la iría privando poco a poco de personajes exóticos, singulares, libres. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">En democracia no hay escuderos o navegantes o exploradores o promesas eternas de enamorados de quienes escribir historias. Hay abogados, contadores, economistas, políticos, ingenieros. El gran tema de la escuela francesa realista-naturalista, que se extendió todo el siglo XIX y entrado el siglo XX: la burguesía. Tal como lo anticipó. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">No hablo de peñabots, o de las juventudes priistas, o de estudiantes de derecho. Tampoco del “nuevo PRI”, ni de los Tecnócratas, ni de los Díaz Ordaz, ni el de los cacicazgos regionales. Cuando escuchas hablar a Camilo González, columnista de los diarios Notiver y Diario de Xalapa, sus palabras no pueden dejar de evocar al PRI de Don Alfonso Reyes, el de la diplomacia, el de la cooperación latinoamericana, el del respeto a las formas, el de la disciplina partidaria. Tal vez al del Liberalismo Social. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Eso que el PRD no acabó del todo por concretar y a lo que el PAN jamás podrá aspirar. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">En pleno siglo XXI, donde frases como “ser joven y ser priista es una contradicción hasta biológica” son ya innecesarias, es raro conocer a alguien que opte, ante la adversidad, por voltear a ver siempre las líneas fundacionales y los valores de un partido, poco llevados a la práctica. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Que alguien escoja, ante lo innegable, ofrecer siempre la otra mejilla, con entusiasmo incansable, puede ser ingenuo, como lo es el romanticismo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Aprender de política mexicana, o sea del PRI, es un camino interminable. Discernir los mecanismos, interpretar los símbolos, identificar el porqué de las formas, muchas veces conducirá a equivocarse rotundamente ante una predicción. Una intuición que permite a quien la posee, sin embargo, entregar irresistibles relatos orales, como de novela <i>noir</i> mexicana. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">El partido heredero “de la Revolución”. De la primera revolución social del siglo XX en el mundo, antes que la bolchevique. La que dio origen a la Constitución de 1917, el documento más moderno que cualquier nación jamás proclamara como su Carta Magna: la tierra es de quien la trabaja. O sea, sí, que los campesinos serían propietarios, dueños, Señores. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Si los artículos de la nacionalización de los recursos naturales, de la repartición de tierras, de la educación gratuita, laica, obligatoria, y del derecho al trabajo digno, vaticinaban una gran nación, lo cierto es que la poca voluntad de traducirlos en materia, disipó la sospecha de que la concesión a ideas tan liberales, hubiera sido solamente una negociación. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Pacificar al país, implantar un régimen balanceado de poderes regionales, con la cohesión suficiente como para prevalecer en el tiempo, vía un partido, y la alineación plena al jefe en turno. Poco a poco, defensores de esos derechos fundamentales y oportunistas se irían matando. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">No deja de tener aspectos fascinantes, sin embargo, como la sucesión presidencial, enigma indescifrable de la Ciencia Política. Una mezcla de simpatía, rivalidad, continuidad, ruptura, negociaciones con las diversas corporaciones y entidades federativas, concesiones e imposiciones, de consenso, de que sea presidenciable –ante todo- de acaso permanecer seis años más como sea, pero con el pleno conocimiento de que los reflectores, en adelante, se habrán esfumado para siempre. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Con todas esas cargas políticas y emocionales, en el otoño de cada sexenio, una decisión personal de la más alta prioridad nacional fue uno de los privilegios presidenciales más grandiosos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">¿Por qué Colosio, o Zedillo, o Salinas, o de la Madrid? Salinas tuvo que atravesar dos veces el proceso. Primero, el inminente de cada presidente de cara a las elecciones. Luego, el de la contingencia, en plena elección. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">En un viaje a Chile, durante su juventud, los amigos Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo hicieron una promesa: que ambos serían presidentes de México. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">La decisión, el dedazo, como nos lo presenta Carlos Castañeda en ese gran libro “La Herencia: Arqueología de la Sucesión Presidencial” es fatigante. Mediante testimonios de los involucrados, se es espectador de una de las características más complejas del priismo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Para eso son los columnistas, para alentar la discusión política, para construirnos una ficción a partir de las funciones públicas, para mostrarnos, algunas veces por interpretación, otras por experimentación, cómo funcionan las tuberías del Estado, quién escribe qué y en donde, quién despacha en cuál dependencia y por qué y poder seguir construyendo este fascinante relato de la política mexicana contemporánea. Relato romántico, en C. G.
</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/14139671093912146010noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2215511616678144510.post-13048965337957389922016-03-24T18:31:00.000-07:002016-05-04T00:02:00.953-07:00Xalapa Rush<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXFFOseFqHwgLn4BNM9CbX00nmgrCY5XP9p5c9Y0eCpWvnKKfoQARBjxBzJup5HNoiEk7M6I1QNQt2REmz524r-kSgd40tJBj-C7cGLtzvuM0Sa6i7MYsKiyahiGXALBEvD_VvI93AMZxg/s1600/_mac4997.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXFFOseFqHwgLn4BNM9CbX00nmgrCY5XP9p5c9Y0eCpWvnKKfoQARBjxBzJup5HNoiEk7M6I1QNQt2REmz524r-kSgd40tJBj-C7cGLtzvuM0Sa6i7MYsKiyahiGXALBEvD_VvI93AMZxg/s640/_mac4997.jpg" width="640" /></a></div>
<b><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: xx-small;">Autor: </span><span style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 7.5pt; line-height: 115%;">Il'chim Tagara</span></b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
El tráfico en Sebastián Camacho aumenta mientras la grúas privadas hacen su agosto levantando autos estacionados en lugares prohibidos. El celo generado por el lucro se viste de eficacia para hacer respetar la ley de tránsito, meretriz del pulpo camionero violada una y otra vez por el automovilista xalapeño. Es la hora de la botana y se impone la necesidad de refrescar el gañote para cumplir con una obligación que poco a poco pierde su aura ritual, gracias a la jodidez provocada por el éxito económico en el estado que se jacta de ser el único bello pero que en realidad... -Camioneta de la policía estatal (¿clonada?) cargada de sujetos encapuchados y armados hasta el culo y mirando con cara de perdonavidas a los que dicen proteger.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las calles son invadidas por burócratas que repentinamente tienen prisa por llegar a dejar los papeles, la recomendación, la petición, el chayote, el oficio, la honra. Aceleran el paso sacudiéndose la modorra que los caracteriza para cumplir con la misión antes de la hora de la comida. Acicateados por un súbito sentido del deber, su rostro denota la importancia de su responsabilidad, siempre ajena, siempre agüevo, siempre impuesta, siempre corrupta, siempre falsa. Siempre ... -Dos cuatrimotos montadas por amazonas uniformadas, armadas y hablando por el celular ¿recibiendo órdenes? ¿de quién?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Observo la botella con una mirada sumisa, sometida a la necesidad de un trago reparador que aleje de la mente la miseria del día a día y veo a través de la ventana a la secretaria gordibuena, parada afuera de su dependencia, gesticulando mientras sostiene en una mano con uñas descomunales y pintadas de variados colores el celular a diez centímetros de su boca. (¿Cómo se vería mi... inteligencia en ésa sinfonía cromática en movimiento?) Debe ser una llamada importante pues se nota su concentración y su desprecio por todos los que pasan a su lado y la escuchan cuando se encabrona y mienta madres porque se le cortó la comunicación gracias a.... -Patrulla de la policía federal con la torreta encendida y un par de uniformados que no miran a ningún lado, ufanos de la impunidad de la que gozan por ley.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Empiezan a llegar los clientes poco a poco, agobiados la mayoría por una jornada laboral cargada de aburrimiento y simulación sistemática de admiración y respeto por el jefe o jefa. Después de algunos años se empieza a notar en el rostro del burócrata esa expresión cansina, ayuna de expresión, provocada por una rutina que se repite todos los días. Su ajuar también lo delata: pantalón de vestir, camisa con el cuello gastado y la corbata que apenas le llega a la mitad de su abultado vientre, zapatos boleados en la oficina... -Camioneta de la gendarmería que se detiene en el X24 para comprar comida chatarra y tiempo aire; uno permanece como vigilante, ensimismado con su celular, mientras que los demás entran con fusil en mano a reabastecerse y continuar salvando a México.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El cantinero (Pachidroy pa'la raza) del sagrado lugar de las abluciones etílicas enciende el televisor, pues hay partido de champions, y me recuerda que el domingo tenemos cita en el estadio de Los Arenales para no olvidar la decadencia de nuestros cuerpos, la pasión por el juego y la inútil necesidad de competencia. La barra se anima con los pronósticos y preferencias mientras se escucha el pinche himno con afanes de elegancia y alta cultura europea interrumpido al final por el ineludible himno de la cervecera que patrocina el... -Un convoy de la Marina avanza despacio mientras sus ocupantes apuntan sus cañones a diestra y siniestra, no vaya a ser que la señora de los cacahuates les aviente una granada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al punto de las tres los trabajadores al servicio del estado omiso salen en estampida después de checar con su dedo índice para, súbitamente liberados, dirigirse a la fonda, taquería, Oxxo o si se puede a su casa para comer y echarse un coyotito. El tráfico colapsa y empieza la letanía de bocinazos y acelerones para escapar de la trampa vial llamada centro. Los caminantes llevan prisa y torean a los coches para cruzar la calle mientras los camiones perfuman el ambiente y sufren para pasar por las estrechas calles con autos estacionados en doble fila para recoger a los esclavos... -Dos elementos de la guardia civil caminan con lentitud y al pasar por la ventana no pueden evitar echar una mirada envidiosa a los que comulgamos con Baco. (¡Cuulooooos! grito por dentro) Si, el Xalapa rush. ¿Terminará algún día?</div>
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