lunes, 10 de octubre de 2016

Muelle 1


Autor: Carlos Alberto Duayhe Villaseñor 

Vaya octubre

A Luis González de Alba y René Avilés Fabila

Si el 2 de octubre se resiste a la espiral inevitable de la desmemoria colectiva la respuesta misma está en muchos de sus participantes, directos e indirectos, que honran el profundo cambio que significa en la vida democrática de México, ese día.

Entre quienes contribuyeron de forma decidida a tan profundos cambios en la cultura y la política nacional brillan dos escritores, periodistas y catedráticos del más alto rango: Luis González de Alba y René Avilés Fabila, fallecidos respectivamente el 2 y el 9 de este, otra vez referido, octubre.

Tuve la oportunidad de conocer a ambos a finales de la década de los 70 cuando se fundó el diario Unomásuno. Puedo decir que fueron amigos infrecuentes aunque nunca dejaron de existir como maestros de las letras y el conocimiento sin ambages y espléndidos en compartir vida, sabiduría y pese a las distancias y destinos, amistad.

Alguna vez en los noventas encontré a Luis en calles céntricas de Coatzacoalcos. Cuando nos reconocimos le pregunté qué hacía en ese gran puerto tan lejano de su hábitat y sin mayor desparpajo y a carcajadas me respondió: “…en busca de un marinero griego”. Antes de despedirnos recuerdo que comentó otra vez sonriente que había pasado por varios planteles escolares y luego de dar un sorbo a un helado de nanche, soltó: “…todas las escuelas desde las primarias hasta la universidad huelen igual, a lápiz”.

René fue generoso y amigo de los amigos inquebrantable. Ejemplo de ello fueron Patricia Zama, Marco Aurelio Carballo, Fernando Macías Cué. Abrió las páginas de su revista El Búho a jóvenes y veteranos, escritores y artistas plásticos, sin mayores trámites, muchos le adeudan siempre gratitud, como su alumnos en las aulas de la UNAM y la UAM.

Hace un par de años le solicité publicar un cuento de mi autoría. Lo hizo en el Búho. Luego un diálogo en el Facebook:

—René: con profunda emoción y agradecimiento a ti ¡ya me publicaste el cuento Camelia! Abrazo amigo querido, siempre con afecto.

—No me digas nada, todo se lo debes a tu talento para escribir buena prosa. Un abrazo.

Y en su cumpleaños en noviembre anterior: 

—René, espero que hoy sea la fecha de tu cumpleaños. De cualquier forma muchas felicitaciones no sólo por la academia, la literatura, el periodismo, la edición, la lucha intensa por una nación de verdad mejor e intensa, democrática por más todavía de esto que es parte esencial de ti, tu calidad única y tu enorme amistad.

—Te mando como siempre todo mi afecto, Carlos.

Esta misma semana René escribió en la revista Siempre esto de Luis. Queda como testimonio de estos dos enormes mexicanos:

…Luis era un hombre de espíritu fuerte, valiente, un intelectual comprometido, dispuesto a tolerar la pluralidad pero no a rehuir la discusión. Luchó por la verdad: peleó con los suyos y los ajenos, desnudó a dos mitos, Elena Poniatowska y Carlos Monsiváis. Tampoco cayó en las trampas que son Ayotzinapa, el “festín de las balas” que ahora se llama “2 de octubre no se olvida”, y jamás dejó de ser revolucionario en un país que así como antes fue priista hoy cree en patrañas llamadas de “izquierda” como el PRD, ahora aliado del PAN, y de Morena, el partido de un solo hombre, López Obrador. Fue impiadoso con sus rivales, pero nunca dejó de ser certero. No le importaron los reproches de internet, la “venganza de la gleba”. Pero la vida carecía de sentido: ¿para que luchar? Pienso que optó, como tantos otros seres sensibles, por la muerte voluntaria. El suicidio. La precisión me llegó a través de un camarada, Joel Ortega, y entendí la grandeza de Luis González de Alba, luchador social y hombre de amplia y polémica cultura”.

Vaya octubre.